Hace cinco años, con lo peor de la crisis y al borde del rescate, en Bruselas se bromeaba todo el rato sobre España y su casi 25% de paro. El entonces comisario de Empleo, el húngaro László Andor, lanzaba pulla tras pulla cada vez que tenía la oportunidad. Nuestro país era el ejemplo perfecto, de libro, de qué es lo que no debía hacerse. En cada conferencia, seminario o acto público era de lo que se hablaba, como después ocurriría con Grecia o el ‘Brexit’.
España era ‘trending topic’ y no precisamente para bien. La tendencia se ha revertido, pero la situación sigue siendo muy mala y desde Bruselas urgen a España a tomar medidas para corregir las todavía «importantes ineficiencias» que presenta nuestro mercado laboral con 4,3 millones de desempleados, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). En el último lustro, la Unión Europea ha recomendado una y otra vez a las autoridades españolas que cambien todo el sistema. La Comisión Europea recibió muy positivamente la reforma laboral, pero tanto en Bruselas como en París, donde está la OCDE, repetían que no era suficiente.
Cada informe publicado incidía en la necesidad de acabar con la dualidad del mercado laboral y de no descuidar la protección de los millones de personas que ya no reciben ninguna prestación. Esta semana, Bruselas ha acogido una conferencia dedicada a un fin muy práctico: cómo lograr que la asistencia a los solicitantes de empleo en España sea más eficaz. Bajo el título Reforzar la coordinación de los servicios sociales y de empleo en España. Experiencias y nuevas oportunidades, decenas de expertos de los servicios sociales, universidad y el Fondo Social Europeo han discutido sobre los enormes retos y las debilidades pendientes.
La comisaria actual, la belga Marianne Thyssen, responsable de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral, es muchísimo más cuidadosa, respetuosa y conciliadora. Pero los mensajes que manda son los mismos. Hacen falta «más esfuerzos».»España está dando pasos importantes para mejorar el funcionamiento de los servicios públicos de empleo. No obstante, hay que hacer aún más. Una mejor cooperación entre los servicios sociales y de empleo contribuiría a proporcionar servicios integrados a las personas más alejadas del mercado laboral. Una evaluación eficaz de la empleabilidad y el ofrecimiento de itinerarios integrados y personalizados son fundamentales para una integración del mercado laboral más sostenible», lamentaba Thyssen.
El mercado laboral español tiene todavía importantes retos pendientes, aunque esta misma semana la tasa de paro haya bajado del 20% por primera vez en seis años. Aún estamos lejos de los 20 millones de ocupados que había antes de que estallara la crisis, la tasa de temporalidad continúa subiendo y es ya del 26,96% -la más alta desde finales de 2008- y los servicios públicos de empleo apenas colocan al 2% de los desempleados. Desde Bruselas consideran que «pese a las importantes reformas estructurales llevadas a cabo en los últimos años, sigue habiendo importantes ineficiencias en la implementación de las políticas activas en el mercado laboral, en especial las que conciernen al apoyo a los parados de larga duración». Casi un 42% de los desempleados lleva más de dos años en el paro.
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