La velocidad a la que crecen los ingresos es sustancialmente inferior a la que lo hacen sus gastos. En concreto, y según los últimos datos de octubre, hay una diferencia del 27,4% entre ambas partidas o, lo que es lo mismo, 735 millones de euros de desfase. «El gasto en prestaciones sociales crece un 3,4%, 3.413 millones, mientras que los ingresos por cotizaciones y transferencias recibidas conjuntamente han aumentado un 2,8%, 2.678 millones. Esto supone un diferencial del 27,4% entre el ritmo de crecimiento del principal gasto del sistema y el de su financiación», explica la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) en su último informe.
Esta compleja situación tiene su origen en tres circunstancias. Por un lado se encuentra la subida que han registrado tanto de la pensión media como de la pensión de jubilación, que están en 910 y 1.050 euros, respectivamente -este año se revalorizarán otro 0,25%-. Esto se debe, fundamentalmente, a que los nuevos perceptores, especialmente en el caso de los jubilados, han cotizado por sueldos altos y, por lo tanto, les pertenece una pensión mayor.
Además, el número de personas con derecho a recibir una pensión está creciendo a ritmos superiores al 1%. Y, por último, está el hecho de que buena parte de los trabajadores que tienen que sostener el sistema tiene unos sueldos bajos, contratos temporales o, incluso, por horas y, en consecuencia, su contribución mediante cotizaciones sociales es inferior a la que realizaban, por ejemplo, los que ahora se jubilan. Este tercer aspecto responde, en buena parte, a la moderación salarial que España se ha visto obligada a llevar a cabo para ser competitiva y tratar de salir de la crisis.
La consecuencia directa de todo ello, según reconoce la propia IGAE, es que el sistema está incurriendo en un déficit mayor que el del año pasado lo que, a su vez, es un factor clave para explicar que «los Fondos de la Seguridad Social han obtenido un déficit de 6.462 millones de euros». Esta cifra, prosigue la Intervención General, es 3.926 millones superior a la del mismo período de 2015; esto es, un 156% más que en los nueve primeros meses del pasado año.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, así como el secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal, han repetido en varias ocasiones que la mejor forma de subsanar esta situación de desequilibrio es seguir creando empleo. De hecho, uno de los principales objetivos del Gobierno en esta legislatura es alcanzar los 20 millones de ocupados en 2020. Con esta cifra, estima el Ejecutivo, el sistema sí será sostenible ya que la entrada de ingresos será superior a la salida.
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