La inflación ha cerrado enero en el nivel más alto en más de cuatro años, desde octubre de 2012. El precio de la luz, que se ha disparado en el mercado mayorista y se ha trasladado a la factura, y las gasolinas explican el espectacular alza de 1,4 puntos solo en el mes de enero.
Se trata de la cifra provisional que publica el INE al final de cada mes. El dato definitivo se dará a conocer a mediados de febrero, e incluirá ya la desagregación por categorías, es decir, cuánto de la subida de los precios corresponde a cada epígrafe. Durante todo el mes de enero la electricidad ha marcado fortísimas subidas, ligadas en teoría a la meteorología y a algunos problemas de suministro de gas, además del parón en varias centrales de energía nuclear en Francia. En consecuencia, en el mercado mayorista ha rondado los 90 euros el Megawatio hora, datos que están en torno a un 100% por encima de los del año pasado a estas alturas.
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha advertido de que el crecimiento interanual del 3% del IPC de enero “es un nivel elevado”, y ha anunciado que el Gobierno aprobará en los próximos días la Ley de Desindexación para evitar que la inflación se traslade a las rentas. Durante su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso, De Guindos ha señalado que la nueva ley perseguirá desvincular el IPC a los precios de los servicios públicos para evitar “efectos de segunda ronda”.
“No es un dato positivo”, ha dicho el ministro, en referencia al alza del IPC que -ha puntualizado- se debe al incremento de los precios de la electricidad y de los carburantes, que han subido en los últimos meses y contrasta con el nivel que tenían hace un año. De Guindos ha confiado en que este repunte de la inflación dure unos meses y a partir del segundo trimestre se modere y converja con la inflación subyacente que está en el 1%.
“El Gobierno indica que ante una subida tan importante pide no incorporar a la inflación efectos de segunda ronda, porque esto sería un error y afectaría a la competitividad de la economía”, ha dicho. Los precios del mercado mayorista suponen algo más de una tercera parte de la factura eléctrica, que a su vez tiene una repercusión del 3% en la cesta de la compra con la que se calcula el IPC, según las tablas del INE. En paralelo, aunque el precio de los combustibles en los mercados internacionales no ha subido respecto al mes pasado y se ha mantenido por encima de los 50 dólares el barril de Brent, respecto al año pasado sube más del 50%, efecto que también contribuye al alza interanual de la inflación.
En términos mensuales, no obstante, los precios registran descensos respecto al mes de diciembre, debido a la temporada de rebajas. La bajada es muy inferior a la registrada otros meses de enero, como el 1,9%de 2016 o el 1,3% de 2013 o 2014. El INE, además, ha apuntado que esta tasa adelantada está calculada teniendo en cuenta los cambios introducidos en la nueva base 2016, que se dará a conocer con detalle el próximo 15 de febrero. Con este cambio se trata de mejorar la representatividad de este indicador mediante cambios en la composición de la cesta de la compra y la actualización de la estructura de ponderaciones.
Los resultados han cogido a contrapié a los analistas, que ya revisaron al alza sus previsiones ante el repunte de los precios en diciembre. La inflación cerró el pasado ejercicio en el 1,6%, impulsada por la subida de los carburantes y de la electricidad, y los analistas de Funcas revisaron al alza sus estimaciones iniciales, situando la inflación media en el 2,2% para todo 2017, mientras que el cierre de diciembre lo mantuvieron en una media del 1,3%. Aún revisadas, esas estimaciones se han visto superadas por la realidad. La senda trazada por los expertos auguraba que los precios crecerían un 2,7% anual y tocarían techo en febrero al llegar al 3% para posteriormente bajar hasta el 1,3%.
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