El Ministerio de Hacienda espera que el crecimiento económico, el regreso de la inflación y los últimos cambios normativos en el impuesto de sociedades impulsen los ingresos públicos al máximo histórico este año. El Departamento que dirige Cristóbal Montoro calcula que la recaudación ascenderá a 202.593 millones en 2017, un 7,8% más que el año anterior, el mayor avance desde 2010. El Ejecutivo ha prorrogado los Presupuestos de 2016 y, aunque ya tiene preparados las cuentas de este año, contempla la posibilidad de ampliar la prórroga durante todo 2017 ante la dificultad de conseguir el respaldo político necesario.
Las estimaciones del Ejecutivo podrían quedarse cortas. Pronostica que el crecimiento nominal (la suma del PIB más la inflación) rondará el 4% este año, pero si la inflación mantiene un nivel similar al registrado el pasado enero, cuando creció un 3%, la recaudación aumentará incluso a más velocidad. La subida de los precios es uno de los combustibles de la recaudación. Al aumentar el valor de los servicios y los productos la base sobre la que se aplica el IVA es mayor.
Por eso, el Gobierno espera que los ingresos del IVA aumenten un 9,3%, el mayor ritmo de entre las grandes figuras tributarias. Los expertos llaman a la inflación el impuesto de los pobres, porque además merma el poder adquisitivo. El documento elaborado por Hacienda refleja que la cosecha de este impuesto alcanzará los 68.280 millones de euros a finales de este año y registrará un nuevo récord por cuarto año consecutivo.
Esta potencia recaudatoria coincide con un horizonte de prórroga presupuestaria. El Gobierno ha trasladado a este año la estructura de las cuentas de 2016 ante la incapacidad de aprobar los Presupuestos de 2017 por la compleja situación política del año pasado. Entonces, el PP no logró formar Gobierno hasta finales de octubre y decidió posponer la aprobación de las cuentas. Pero la tensa situación orgánica del PSOE y la falta de otros apoyos tampoco allanan el camino al Gobierno para aprobar los Presupuestos de este año.
Por eso, el Ejecutivo del PP ya contempla un escenario en el que tendrá que mantener la prórroga presupuestaria durante todo el ejercicio. Así que arrastrará a 2017 los ajustes del año pasado y con ello la falta de estímulos para la economía. Este fuerte incremento de los ingresos públicos conjugado con una congelación del gasto público por la prórroga presupuestaria permitirán absorber la mayor parte del exigente ajuste que requieren las cuentas públicas para reducir el déficit público al tope marcado por Bruselas. España tendrá que rebajar los números rojos del 4,6% al 3,1% del PIB este año, el equivalente a un ajuste de unos 16.000 millones.
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