«Necesitamos una Administración pública de primer nivel», aseguró este lunes el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, precisamente en una jornada sobre ‘La función pública del siglo XXI’ y organizada por la Federación de Asociaciones de Cuerpos Superiores de la Administración Civil del Estado (Fedeca). Y ante miembros de este colectivo abogó por que «los funcionarios tienen que estar más preparados y más capacitados», si bien también «más reconocidos y mejor retribuidos».
El ministro mostró así su voluntad de subir el sueldo de los empleados públicos precisamente cuando la negociación para el alza salarial de los próximos tres años está paralizada debido a que el Gobierno se ha visto obligado a prorrogar los Presupuestos de 2017 ante la falta de apoyos por el conflicto en Cataluña, lo que supone que dicha remuneración se mantiene congelada de momento. Sin embargo, el deseo del Gobierno es mejorar la subida del 1% que ya tuvieron los funcionarios el año pasado.
Así, Hacienda ofreció a finales de septiembre un alza de entre el 5,35% y el 8% de aquí a final de legislatura. En concreto, propuso un avance de un 1,5% en 2018, un 1,75% en 2019 y un 2% en 2020. Esto sería la parte fija que se daría por segura. A partir de ahí podría incrementarse hasta dos puntos más dependiendo de la evolución de la economía. Pero dicha propuesta fue rechazada por las organizaciones sindicales, al considerarla «insuficiente».
Ese deseo de mejorar el poder adquisitivo de los empleados públicos, que según los sindicatos perdieron entre un 13% y un 20% de capacidad de compra con la crisis, se enmarca en un momento de escasez de ‘vocaciones’ públicas, algo que se da no solo en España, sino en todas las instituciones europeas. «Hay dificultad para captar jóvenes para ser altos funcionarios», afirmó Jordi Solé Estalella, presidente de Fedeca, quien también habló de la necesidad de «abrir abanicos salariales, porque estamos por debajo de nuestros homólogos en la empresa privada y en los países de nuestro entorno», a la par que «diseñar un sistema de función pública más ilusionante».
Ante esta situación, el propio Montoro pidió a los funcionarios que sean ellos mismos quienes también hagan saber a la sociedad que «España tiene una excelente función pública, de primer nivel mundial». De esta manera, el ministro reivindicó que el país no estaría saliendo de su peor crisis sin un colectivo que, además, «está liderando la transformación digital de nuestro país, nuestra sociedad y nuestra economía».
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