El sector legal ha sido uno de los más activos en el mercado inmobiliario en los últimos meses, apostando por trasladarse a inmuebles donde crear nuevos espacios de trabajo más flexibles e inteligentes. Fachadas sostenibles que mantienen la misma temperatura en el interior ya sea invierno o verano; paredes de vidrio electrocrómico capaces de transformar un auditorio abierto en una sala de reuniones privada; edificios inteligentes que dan la bienvenida a los visitantes o que adaptan la intensidad de la luz de un despacho al gusto de cada ocupante. Los bufetes no han escatimado en gastos a la hora de diseñar sus nuevas sedes en España, pero más allá de la estética o el glamour de contar con las últimas tendencias en espacios de trabajo, todos tienen un objetivo en común: adaptarse al mundo digital.
A la hora de definir estos nuevos espacios, Enrique Carrero, director nacional de servicios para ocupantes de CBRE, destaca «la evolución del sector legal hacia nuevas formas de trabajo adaptadas a su modelo de negocio actual, que requiere de más coordinación y colaboración entre especialidades y departamentos, con necesidad cada vez mayor de espacios colaborativos que faciliten la interacción».
Es el caso, por ejemplo, de la nueva sede que Baker McKenzie estrenó ayer en Madrid y que ha sido diseñada pensando en una oficina más diáfana donde puedan trabajar equipos multidisciplinares y sectoriales, formados por abogados de diferentes prácticas. Carrero explica que también se está imponiendo la idea de reducir el número de despachos, sustituyéndolos por espacios destinados a otras actividades, como salas de proyectos o reuniones con clientes.
Aun así, la tendencia estrella y donde más se están enfocando las firmas legales es hacia la sostenibilidad y la eficiencia energética, según se desprende del informe El futuro de los entornos de trabajo, elaborado por CBRE.
También hay materias emergentes y que ya se aprecian en las nuevas mudanzas, como «el bienestar y la salud en los puestos de los empleados». Por ejemplo, en la futura sede de Allen & Overy, las zonas de trabajo cuentan con sistema de iluminación gradual según la entrada de luz natural, climatización con regulación individual, distribución de fruta por las mañanas a todos los empleados, opciones saludables en los menús ofrecidos por el catering diario, iniciativas deportivas promovidas por la firma y sesiones de mindfulness, entre otros.
No es casualidad que este tipo de movimientos lo lideren en nuestro país firmas anglosajonas, ya que, por ejemplo, en Londres las nuevas sedes de bufetes ya se están diseñando pensando en una fórmula de trabajo más abierta. Es el caso, por ejemplo, de las oficinas centrales de CMS, Pinsent Masons, Bird &Bird, Eversheds Sutherland o Addleshaw Gooddard.
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