El Gobierno quiere establecer por ley que a partir de 2040 no se permita la matriculación y venta en España de turismos y vehículos comerciales ligeros con emisiones «directas» de dióxido de carbono, entre los que se incluirían los vehículos diésel y gasolina. Así se recoge en el borrador de la Ley de cambio climático y transición energética que prepara el Gobierno, según han informado este martes fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica. La medida ha puesto en alerta a toda la industria del automóvil. El vicepresidente ejecutivo de Anfac, la asociación nacional de fabricantes de coches, Mario Armero, ha asegurado en declaraciones a TVE, que esta medida del Gobierno «puede tener un impacto laboral negativo».
La norma afectaría, además de a los coches gasolina y diésel, a todos aquellos vehículos que sean de combustión, es decir, los automóviles que utilicen gas natural comprimido (GNC), gas licuado de petróleo (GLP) y los híbridos, ya que estos emiten CO2 cuando no están usando electricidad.
Por su parte, Faconauto, la asociación que representa a los concesionarios, ha señalado en un comunicado su preocupación «por el clima negativo que hay alrededor del automóvil», que podría «convertir en estructural la actual caída de las matriculaciones», en referencia a la bajada de un 22% de las ventas que, según la asociación, se está produciendo en noviembre. A esto hay que sumar la caída de las matriculaciones en septiembre y octubre, debido a la entrada en vigor el pasado 1 de septiembre de la nueva regulación de emisiones WLTP.
«Propuestas como las que hoy ha planteado el Gobierno o la profunda crisis del diésel generan incertidumbre entre los compradores, que no saben qué coche comprarse ni cuándo, e impactan ya en todo el sector. La automoción y el comercio son sensibles a la incertidumbre y, como consecuencia, el mercado está entrando en una dinámica negativa y preocupante, no vinculada ya a causas puntuales, sino a problemas más profundos», aseguraron desde Faconauto.
Según las previsiones con las que trabaja el Gobierno, en 2050 estará prohibido circular con turismos que emitan dióxido de carbono de forma «directa». La norma que prepara el Ejecutivo incide en la importancia de promocionar la movilidad «sin emisiones», ya que es uno de los cambios más relevantes que se deben acometer durante las próximas décadas, para conseguir la completa «descarbonización» de la economía española en la segunda mitad del siglo XXI.
Para ello, el borrador de la ley que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez fija como objetivo alcanzar en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de dióxido de carbono, y plantea que a partir de 2040 ya no se permita la matriculación y venta de ese tipo de automóviles. La ley establece además la obligación de que todos los municipios con más de 50.000 habitantes tengan que contar con «zonas de bajas emisiones» antes de 2023.
Respecto al transporte por carretera, el Gobierno prevé elaborar un estudio sobre la imposición de gravámenes a los vehículos pesados de transporte de mercancías por el uso de determinadas infraestructuras.
La norma sobre cambio climático y transición energética que prepara el Gobierno espera, además, fijar como obligatorio la instalación de puntos de recarga eléctrica en las instalaciones de suministro de combustibles y carburantes en distintos plazos y en función de su volumen de ventas.
Arturo Pérez de Lucía, el presidente de Aedive, la asociación para el impulso de la movilidad eléctrica, le ha asegurado a Cinco Días que este anuncio «es positivo». «Plantea objetivos claros y temporales en línea con los de la descarbonización del transporte y de una Ley de Cambio Climático que tiene que dar respuesta a los requerimientos que se nos exige (…) desde la Comisión Europea», ha señalado.
Además, Pérez de Lucía ha remarcado la necesidad de diseñar estrategias que impulsen el vehículo eléctrico, que «deberán implicar necesariamente ayudas a la compra, una fiscalidad verde adecuada y actuaciones que refuercen la apuesta industrial, tecnológica y de servicios vinculados a una movilidad que, apuesta por la descarbonización, por la eficiencia energética y por la calidad del aire».
«No nos lo esperábamos (…) esta medida no va en línea con lo que está haciendo Europa», ha asegurado Armero. Esta afirmación se contradice con las explicaciones de fuentes del Ministerio, que aseguran que esta propuesta es similar a la del Reino Unido, que ha anunciado que prohibirá la venta de coches diésel y gasolina en 2040 y que en 2050 ya no podrán circular.
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