En términos reales, ajustada la inflación, el repunte de los salarios fue del 1,8% el año pasado, seis décimas menos que en 2016, y lejos del máximo alcanzado en 2013, cuando subieron un 2,7%, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado el lunes. El incremento registrado en todo el mundo el año pasado es el más bajo desde 2008, cuando se elevó un 1,5%.
Un crecimiento que en Europa fue cercano a cero el año pasado, tras subir un 1,3% en 2016 y un 1,6% en 2015 por la desaceleración registrada en los salarios de Alemania (0,9%) y Francia (0,1%) y la caída de los salarios reales en España e Italia.
En el caso español, la OIT apunta que el salario real cayó el año pasado un 1,8%, el mayor retroceso de los últimos cinco años. Las cifras contrastan, eso sí, con las publicadas hace unas semanas por Estadística, según las cuales el salario bruto medio mensual de los 15,68 millones de asalariados españoles aumentó un 0,6% nominal en 2017, hasta los 1.889 euros en 12 pagas. Si bien, en términos reales el trabajador con una remuneración media habría perdido poder de compra, ya que el ejercicio se cerró con un alza del IPC del 2% en 2017.
En los últimos diez años, la retribución real de los empleados españoles cayó, según la OIT, en un 0,3%. Se sitúa así entre los cinco países de Europa con contracción de las retribuciones, solo superada por Reino Unido (-0,5%), Italia (-0,6%) y Grecia (-3,1%), frente al crecimiento del 0,7% experimentado en la región entre 2008 y 2017.
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