El pleno del Parlamento Europeo dio este martes luz verde a la nueva directiva europea de derechos de autor, que actualiza los derechos de los creadores en el entorno digital para garantizar que reciben una justa remuneración por sus contenidos. Tras dos años de tensas negociaciones por el gran rechazo que el texto ha despertado tanto entre algunas plataformas de internet como entre los pequeños creadores, la reforma salió adelante por 348 votos a favor, 274 en contra y 36 abstenciones.
El respaldo de la Eurocámara es el penúltimo paso para que se confirme la reforma, a falta de que también den su visto bueno formal los 28 en decisión del Consejo. Una vez validada por todas las partes, los Estados miembro tendrán dos años para trasladar la reforma a sus legislaciones nacionales.
Para conseguir que nadie suba contenidos protegidos por derechos de autor a internet, un ecosistema mucho más complicado de vigilar que el analógico, la directiva establece la obligación de que las grandes plataformas como Google, Youtube o Facebook vigilen y filtren los contenidos que los internautas compartan en sus espacios. Es decir, dichas plataformas pasan a ser responsables del contenido que alojan y podrían verse penalizadas con cuantiosas multas si les denuncian por publicar contenido sin el permiso del autor.
Esos filtros, que los defensores de la directiva apoyan porque aseguran facilitarán la “justa remuneración de los autores”, son vistos por quienes rechazan la reforma como una vía de limitar la libertad de expresión en internet y acabar con los pequeños creadores. Los críticos alertan de que la reforma da paso a la censura automática en la red, ya que dejará en manos de algoritmos el filtro, es decir, que decidan qué se puede subir y qué no.
Los contenidos satíricos como los populares memes y los GIF quedan exentos de esta exigencia, ya que seguirá protegiéndose la subida a la red de contenidos si es para citar, criticar, reseñar, caricaturizar, parodiar o imitar. Pero los críticos temen que en la práctica el cribado de los filtros pueda afectarles. De la normativa se excluye también a enciclopedias en línea como Wikipedia, o plataformas de software de código abierto, como GitHub, además de pequeñas nuevas empresas que tengan menos de tres años de actividad.
Otra novedad es que los editores de prensa podrán reclamar compensaciones a los agregadores de noticias por usar sus contenidos, una especie de tasa Google como la que llevó a Google News a abandonar España, aunque menos restrictiva. Estas plataformas podrán seguir compartiendo en sus espacios fragmentos de artículos de prensa de terceros, pero estos textos deberán ser “muy breves”, para evitar abusos, según la directiva. Además, los editores tendrán automáticamente el derecho de negociar en nombre de sus periodistas con los agregadores por la publicación de sus productos
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