La principal referencia en España para revisar las hipotecas a tipo variable ha cambiado su método de cálculo. Ha sido aprobado por las autoridades y, en combinación con el anterior, ha empezado a entrar poco a poco en funcionamiento desde el mes de abril y ya está influyendo en el precio de las hipotecas. El índice se sitúa ahora en mínimos históricos, sobre todo porque el BCE ha anunciado recortes de tipos. También baja porque para confeccionarlo se incluyen ahora otras referencias que en las actuales condiciones de mercado lo abarata ligeramente. El proceso de incorporación gradual continuará durante 2019 y el nuevo esquema estará plenamente en vigor a principios de 2020.
En medio de la crisis, allá por el año 2013, las autoridades europeas castigaron con multas millonarias a un grupo de bancos por manipular el euríbor y otros índices que se usan de referencia para fijar el coste de los préstamos. Según el dictamen de Bruselas, el euríbor se adulteró entre septiembre de 2005 y mayo 2008, justo cinco meses antes de la quiebra de Lehman Brothers. Las entidades sancionadas fueron Deutsche Bank, Société Générale, Royal Bank of Scotland, JPMorgan y Citigroup. A cambio de denunciar el cartel, Barclays y UBS evitaron la pena acogiéndose al programa de clemencia de la Comisión Europea. Más tarde se acusaría también a Crédit Agricole y HSBC. Ante semejante escándalo, la Unión Europea aprobó un nuevo reglamento que obligaba a cambiar la metodología de estos índices.
El problema radicaba en que el modelo estaba basado en unas encuestas que se podían alterar con facilidad. Por ese motivo, la idea de los legisladores europeos fue imponer un nuevo esquema soportado por transacciones reales que fuesen perfectamente identificables y que, por lo tanto, no se pudiesen manipular.
Y se encargó la búsqueda de una nueva metodología al European Money Market Institute (EMMI), el instituto administrador de los índices bancarios europeos. El EMMI es una filial de las patronales bancarias europeas, así que se determinó que su labor sería en todo momento supervisada por los reguladores nacionales, incluida la española CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). El euríbor trata de medir a qué interés se prestan los bancos europeos sin incluir garantías. Sin embargo, tras unas pruebas realizadas entre 2016 y 2017, el EMMI concluyó que no era posible conformar un nuevo euríbor a partir de operaciones reales.
Desde el estallido de la crisis, los bancos no se fían entre ellos y no se prestan sin que haya garantías de por medio. Mucho menos para un plazo tan largo como doce meses, que es el periodo que requiere el euríbor a un año. En consecuencia, apenas existen las suficientes transacciones reales para configurar el índice. De hecho, en medio del miedo a litigios por participar en la elaboración del nuevo baremo, muchas entidades se retiraron del panel que ofrece los datos. Ya solo quedan 18, entre ellas las españolas Banco Santander, BBVA, Caixabank y Cecabank.
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