La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) redujo el año pasado las sanciones impuestas por malas prácticas e irregularidades de entidades cotizadas y sus directivos e intermediarios, entre otros. Las multas en 2016 suman 10,3 millones de euros, un 54% por debajo de los 22,4 millones contabilizados en el ejercicio precedente cuando los tres mayores castigos alcanzaron los trece millones de euros.
En 2016 la sanción más elevada, por una infracción muy grave, recayó sobre Bankinter. Su importe es de cuatro millones de euros por «no realizar el test de conveniencia o realizarlo inadecuadamente a los clientes que contrataron permutas financieras» en 2008, según la resolución de la CNMV. Bankinter recibió otro castigo, de 100.000 euros, por incumplir la evaluación de la conveniencia de sus clientes minoristas que compraron bonos estructurados, considerados productos complejos.
El segundo mayor tirón de orejas en 2016 -de 1,1 millones de euros- recayó sobre Ceiss, propiedad ahora de Unicaja Banco. El supervisor sancionó a las antiguas Caja España y Caja Duero, que formaron Ceiss, por no aplicar medidas destinadas a detectar, impedir y gestionar conflictos de interés generados por la venta de productos híbridos a sus clientes a «precios significativamente alejados de su valor» entre junio y octubre de 2010. Ceiss ha aceptado estas sanciones al no presentar recurso.
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