El Tesoro prevé emitir deuda en 2017 por valor de 200.000 millones, según se desprende de la última presentación a inversores la semana pasada. Se trata de la cifra más baja desde 2012, cuando hubo que colocar 249.600 millones, pero sigue constituyendo un desafío de envergadura en el que resulta clave que el Gobierno genere credibilidad ante los inversores y que continúe el apoyo decisivo del Banco Central Europeo. La gestión de la elevada deuda de España, que ha llegado al 100% del PIB tras tantos años de fuerte déficit, es una de las principales vulnerabilidades del país.
La emisión de deuda es necesaria para refinanciar los importantes vencimientos del ejercicio y cubrir el déficit que, si cumple, será del 3,1% del Producto interior Bruto. En 2017 se prevén vencimientos de deuda de 170.300 millones, un 15,3% del PIB, tal y como especifica la citada presentación a inversores difundida por la secretaria general del Tesoro, Emma Navarro. Sólo Italia (20,7%) y Bélgica (16,3%) afrontan una montaña mayor. Los vencimientos de Alemania son de cerca de 180.000 millones, similares a los de España, pero apenas suponen el 5,7% de su PIB. España deberá emitir deuda para refinanciar tantos vencimientos y, además, cubrir los más de 30.000 millones de déficit presupuestario previsto.
El grueso de emisión de deuda es para refinanciar la que existe, pero también habrá deuda nueva, que sigue su tendencia a la baja de los últimos años. Según Navarro, que hará pública hoy la estrategia del Tesoro para este ejercicio, la deuda neta pronosticada para 2016 era de 45.000 millones y ha bastado con 35.000. Es una cifra notable, pero muy lejana de los 96.000 millones de deuda neta que fueron necesarios en 2012.En 2016 se emitió deuda en total por 221.300 millones, de los cuales 120.368 se colocaron en el mercado con instrumentos a medio y largo plazo como son los bonos y las obligaciones; y 100.996 millones, a corto, en letras del Tesoro.
En el año en que el Gobierno ha estado en funciones, pero con pleno apoyo del BCE, el coste medio de la deuda española pendiente ha vuelto a caer a un mínimo histórico desde 2004 y se queda en el 2,79%. El coste medio de emisión en 2016 fue del 0,63%, frente a más del 0,8% el año anterior. El Ministerio de Economía cifra en 2.000 millones de euros el dinero ahorrado en intereses por el abaratamiento del coste de la deuda.
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