El Gobierno se ha comprometido a aprobar esta legislatura un nuevo modelo de financiación autonómico y este será el tema central sobre el que pivotará la VI Conferencia de Presidentes. La reunión celebrada ayer entre Sáenz de Santamaría, Montoro y los consejeros de Presidencia de las comunidades fue una segunda toma de contacto para preparar la cumbre del próximo martes. A diferencia de la última reunión, no acudirá a la Conferencia de Presidentes el jefe del Estado. Moncloa tiene la intención de revitalizar este tipo de reuniones y despojarlas de su carácter extraordinario.
En cualquier caso, la experiencia indica que la reforma del sistema de financiación es una negociación dura y que suele demorarse. En anteriores reformas, el acuerdo solo fue posible después de que el Gobierno pusiera más dinero encima de la mesa. Una de las diferencias respecto a negociaciones pasadas será que esta vez Cataluña no figurará como una de las comunidades más dinámicas del debate. Ahora, la Generalitat que preside Carles Puigdemont se encuentra en otro estadio y su trabajo se centra en organizar un referéndum de independencia.
El Ejecutivo catalán ni tan siquiera participará en la reunión del próximo martes. La ausencia de Puigdemont está confirmada. Tampoco acudirá a la cita el lehendakari, Íñigo Urkullu. El País Vasco cuenta con un sistema foral y no se verá afectado por la reforma del modelo de financiación.
Si bien muchas comunidades, entre ellas Madrid, han denunciado que el régimen foral supone un privilegio, el Gobierno de Mariano Rajoy no se plantea abordar la reforma de este modelo que también se aplica en Navarra y que supondría abrir un conflicto en un momento en el que probablemente el PNV será vital para la aprobación de los Presupuestos Generales del año en curso.
En ausencia de Cataluña, Valencia y Madrid son dos de las comunidades más críticas con el actual sistema. Según los diversos estudios elaborados por el investigador Ángel de la Fuente, Valencia es una de las comunidades peor financiadas. Madrid, por su parte, figura como la comunidad que cuenta con una mayor capacidad fiscal, sin embargo, una vez se aplican los mecanismos de solidaridad interterritorial, la región pierde posiciones y cae por debajo de la media.
El Gobierno de Mariano Rajoy, en principio, se muestra abierto a respetar el principio de ordinalidad, que fue uno de los caballos de batalla de la Generalitat de Cataluña en anteriores negociaciones. El principio de ordinalidad implica que la solidaridad interterritorial no podrá en ningún caso modificar las posiciones de partida. Dicho de otra forma, una comunidad no verá cómo otras regiones que partían con menos recursos logran más financiación tras aplicar los mecanismos de nivelación.
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