La primera prueba de fuego de los sindicatos para revertir las políticas del Gobierno será la próxima convalidación en el Parlamento del Real Decreto que sube las pensiones un 0,25% para el próximo año. Sin embargo, según el líder de UGT, Pepe Álvarez, donde habrá más margen para lograr los cambios que persiguen los sindicatos será en la negociación para los Presupuestos Generales del Estado. De hecho, aseguró ayer que “la intensidad de las movilizaciones vendrá de la mano del fondo de lo que se negocie para los Presupuestos de 2017”.
Junto a esto, Álvarez citó otras dos cuestiones que determinarán la cuantía y el tipo de protestas: el tipo de cambios legislativos en materia laboral que se impulsen desde el Parlamento y la propia marcha de la negociación colectiva. Respecto a este último punto, el líder ugetista aseguró que “si las negociaciones (con la patronal) no lo remedian, aumentarán las horas perdidas por huelgas y no por una huelga general sino por la imposibilidad de que salgan adelante los convenios colectivos”.
Dicho esto, Álvarez reiteró que “la posibilidad de llevar a cabo una huelga general en los próximos meses sigue abierta, y nunca se ha cerrado”. Y añadió: “es una opción que no podemos descartar de ninguna de las maneras porque el Gobierno no está negociando nada; ni el salario mínimo, ni la subida de pensiones, ni la garantía juvenil.
En cuanto a la posibilidad de que el PSOE pacte con el PP cambios del mercado laboral que no satisfagan las expectativas sindicales –como ocurrió con el salario mínimo–, Álvarez advirtió a los socialistas: “desde UGT no vamos a hacer nada que ayude al PSOE a no estar de nuestro lado”.
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