España tiene un problema de corrupción política muy serio que debe ser afrontado de manera integral y sin parches, según Transparencia Internacional (TI), que ha pedido a los partidos políticos que se “pongan las pilas” y asuman la lucha contra los corruptos como un asunto de Estado y de interés social. La organización no gubernamental ha presentado hoy el Índice de Percepción de la Corrupción 2016, en el que España repitió su peor resultado histórico al lograr 58 puntos sobre un máximo de 100 y bajó de la posición 36 a las 41ª de 176 países, entre Costa Rica y Georgia y en el grupo de los países europeos percibidos como más corruptos.
Se trata de la posición más baja de la serie histórica y, si se compara con el resto de vecinos europeos, ocupa el puesto 17 de los 28, una posición “discreta” y “ampliamente mejorable”, en opinión del presidente de TI, Jesús Lizcano. Para la ong la pérdida de cinco puntos, es “bastante grave” y, aunque precisa que la corrupción no es sistémica en España, sí constata que hay múltiples escándalos en los niveles superiores de los partidos y de los gobiernos, lo que hace que su imagen en el mundo vuelva a “enturbiarse”.
Especialmente, preocupa la comparación con los países del euro, por “la falta de reacción y la aceptación del declive” y porque no se vislumbran indicios de mejora. “A pesar de las tremendas inversiones en la lucha contra la corrupción, no conseguimos que el fenómeno se reduzca”, según uno de los autores del informe, el catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos, Manuel Vitoria, para quien “se están haciendo muchos esfuerzos, pero todavía no se ven resultados”.
En su opinión, los ciudadanos aún no perciben los esfuerzos de las distintas administraciones frente a la corrupción que, por otra parte, parecen aún insuficientes.
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