El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, expresó ayer por primera vez su preocupación por la desregulación financiera que está emprendiendo Donald Trump y defendió que Fráncfort no manipula divisas. La banca europea teme que las medidas de Estados Unidos desemboquen en una nueva burbuja del crédito que pueda salpicar a _Europa.
El presidente del BCE, Mario Draghi, hizo ayer una cerrada defensa de la regulación financiera ante el parlamento Europeo, durante su intervención con motivo del 25 aniversario del Tratado de Maastricht. Era su primera comparecencia tras los recientes movimientos en materia bancaria del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Draghi reacciona así a la polémica decisión tomada el viernes por el presidente estadounidense Donald Trump, que ordenó la paralización de la reforma financiera puesta en marcha por Obama, lo que en la práctica implica menos regulación y dar marcha atrás a decisiones adoptadas a nivel global tras la profunda crisis financiera de 2008, como era la petición de una mayor capitalización de la banca para hacer frente a posibles nuevas crisis.
Este reclamo de una mayor solvencia en el sector financiero se iba a plasmar en una serie de propuestas que se recogerían en la última fase de los acuerdos de Basilea III, también conocidos entre la banca como Basilea IV, aunque solo fuera un adelanto de esta. Pero tras la decisión de Trump de poner en revisión la ley Dodd-Frank, que promueve la estabilidad financiera en Estados Unidos a través de medidas que proporcionen transparencia y estabilidad en el sistema financiero, el cierre de Basilea III queda en suspenso. Inicialmente estaba previsto para diciembre y la última fecha prevista era enero.
El nuevo ejecutivo estadounidense ha solicitado además a la Fed, sobre la que está ejerciendo una fuerte presión política, que abandone los órganos de supervisión bancaria internacional creados tras el derrumbe de Lehman Brothers, como el FSB (Financial Stability Board) o el comité de Basilea.
“Lo último que necesitamos ahora es la relajación de la regulación”, ha defendido Draghi, que ha insistido también en la necesidad de unos estándares internacionales consistentes para las cámaras de compensación, claves para el sistema financiero y en las que se asegura la liquidación con garantías de las operaciones financieras. “La idea de repetir las condiciones que estaban en vigor antes de la crisis es algo muy preocupante”, ha señalado Draghi.
La banca europea, con excepciones como la alemana, teme que las medidas de relajación de los controles de las entidades financieras estadounidenses deriven en una nueva burbuja del crédito en este país y que pueda también explotar en Europa como ya sucedió hace nueve años. Este temor comienza a ser expuesto por algunas entidades al BCE, según explican algunas fuentes financieras. De cualquier forma, la situación, aunque tensa, es todavía remediable, explican otras fuentes.
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