El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha destituido en la madrugada del martes a la fiscal general en funciones, Sally Yates, apenas unas horas después de que saliera a la luz una carta en la que pedía al Departamento de Justicia no acatar la orden ejecutiva sobre inmigración firmada este viernes por el mandatario, que contiene «medidas de veto» para impedir que entren al país terroristas procedentes de países de mayoría musulmana.
Trump también relevó de su cargo al director en funciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés), la agencia responsable de las deportaciones, Daniel Ragsdale, aunque en este caso no especificó los motivos y se desconoce si los despidos están relacionados. Será sustituido en el cargo por Thomas Homan, hasta ahora alto ejecutivo de la agencia.
La medida, que suspende las concesiones de estatus de refugiado e impone una moratoria provisional a la entrada de ciudadanos de Irán, Irak, Siria, Yemen, Sudán, Somalia y Libia, provocó que cerca de una treintena de pasajeros fueran detenidos o enviados de vuelta a sus países de origen este mismo sábado desde cuatro aeropuertos estadounidenses. Yates se había negado a defender ante los tribunales el veto de Trump a inmigrantes y refugiados.
«El presidente de Estados Unidos ha nombrado a Dana Boente, actual fiscal del distrito este del estado de Virginia, como fiscal general en funciones», ha anunciado el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, a través de un comentario publicado en su cuenta oficial de la red social Twitter. «Sally Yates ha sido relevada», ha concluido. En un comunicado más extenso enviado a varios medios de comunicación, la Casa Blanca ha acusado a Yates de «traicionado» al Departamento de Justicia «al negarse a adoptar una orden designada para proteger a los ciudadanos estadounidenses».
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