Las empresas no financieras elevaron su beneficio un 200,7% en 2016, gracias al dinamismo de la actividad, a la mejoría de los ingresos financieros y las plusvalías por venta de acciones. Esta influencia positiva se frenó en parte por el mayor impuesto sobre beneficios, según el avance del ejercicio de la Central de Balances del Banco de España. El resultado ordinario neto creció un 23,8%.
Sin embargo, “los gastos de personal aumentaron en 2016 un 1%. El crecimiento de esta partida es consecuencia, principalmente, de la positiva evolución del empleo, en un contexto en el que las remuneraciones medias prácticamente se estancaron (–0,1%)”, comenta el informe. Se contrajo el empleo en el sector de energía, información y comunicaciones, “y lo hizo de forma más acusada —un 3,4%—, al ser en este agregado en el que se concentraron los principales ajustes de plantilla mencionados anteriormente”. El empleo creció en industria, comercio y hostelería, con aumentos del 2%.
No obstante, el Banco de España explica que esta desaceleración está condicionada por la evolución desfavorable en algunas grandes empresas que tienen un peso muy elevado en esta muestra. El porcentaje de empresas que aumentaron sus plantillas se situó en el 44,1% (frente al 45,3% registrado un año antes), cifra que volvió a ser superior, por segundo año consecutivo, al de las que destruyeron empleo (39,9%). No obstante, la recuperación del empleo sigue caracterizándose por ser más intensa en el de carácter temporal, que creció un 7,6%. Los empleos fijos, en cambio, descendieron ligeramente (un 0,3%), debido a los citados ajustes de plantilla en algunas grandes empresas.
El Valor Añadido Bruto (VAB) aumentó, en términos nominales, un 4,1%, tasa unos dos puntos inferior a la registrada en 2015. Según el Banco de España, esta desaceleración se explica, en gran medida, por el impacto del subsector de refino de petróleo, que había mostrado un avance excepcional el ejercicio precedente. Según la central de balances, el importe neto de la cifra de negocios y de otros ingresos de explotación bajó el 3,7 %, mientras que los ingresos financieros repuntaron el 16 % y los gastos financieros retrocedieron el 9,4 %.
También tuvieron una influencia positiva la obtención de algunas importantes plusvalías generadas en 2016 por operaciones de venta de acciones, así como la contabilización de ingresos por reversiones de deterioros asociados también a activos de naturaleza financiera.
Este impacto positivo se vio parcialmente compensado por el mayor gasto por el impuesto sobre beneficios, que en 2015 registró un descenso «extraordinario» por créditos fiscales a compensar y, por contra, subió en 2016 debido, en gran medida, a los cambios legislativos que limitan la aplicación de ciertas deducciones y de las compensaciones de pérdidas de ejercicios anteriores.
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