El ministro de Economía, Luis De Guindos ha señalado que en la actualidad hay empresas que pueden «subir más» y otras que «no pueden subir tanto» los salarios de sus empleados, y ha reconocido que, dado que la moderación salarial de los últimos años fue «circunstancias completamente distintas», la evolución salarial «no debe ser ya la de una economía al borde del colapso».
«Ya se ha producido -explica- una desaceleración importante de los precios en marzo (2,3%). El IPC empieza a ir convergiendo con la tasa subyacente, que está en el entorno del 1%. Sería un error incorporar el repunte de inflación que hemos vivido en estos meses a los salarios. La media de inflación prevista para este año es del 1,5%».
Por esto, añade, el Gobierno ha subido un 1% el sueldo de los funcionarios, y los sindicatos y empresas «saben lo que pueden pactar». «Solo digo tres cosas: la subida no puede ser uniforme, tiene que haber dispersión; los empresarios saben perfectamente lo que pueden subir en función de sus circunstancias y las de la economía; y las circunstancias ya no son las de una economía al borde del colapso ni con una tasa de paro del 27% como teníamos hace unos años», ha matizado.
De Guindos ha explicado que la reforma laboral «favorece el empleo estable», aunque ha matizado que «puede haber circunstancias específicas» como que España tiene actividades laborales que «aconsejan trabajo temporal». «Una parte de este exceso de temporalidad tiene que ver con un elevado peso del turismo; pero en los últimos años se han establecido muchas ayudas a la transformación de contratos temporales en indefinidos. Y con eso hay que continuar», ha añadido.
Pero la calidad «no depende solo de la norma laboral», sino que tiene que ver con «la educación y con el modelo productivo», ha puntualizado. «Una economía más basada en la exportación dará lugar a una menor volatilidad en el empleo que la que teníamos con la burbuja inmobiliaria», ha afirmado. De Guindos ha recordado que la «intención» del Gobierno es «siempre bajar los impuestos», pero en estos momentos, hasta que no se reduzca el déficit «claramente» por debajo del 3%, España no va a hacerlo
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