El endeudamiento del conjunto de las Administraciones Públicas cerrará 2017 en el 99,0% del PIB, según el proyecto de Presupuestos Generales del Estado que ha presentado el Gobierno este martes en el Congreso. Esta cifra representa una leve reducción de cuatro décimas de PIB sobre el 99,4% con el que se zanjó 2016, y supone el tercer año consecutivo en el que disminuye la carga de la deuda sobre PIB después de siete años seguidos de crisis durante los que los pasivos se dispararon a razón de 80.000 millones al año, desde el 35,6% del PIB hasta un máximo del 101,2% del PIB.
Según las proyecciones de los Presupuestos, la deuda seguirá cayendo en los años siguientes hasta el 97,7% del PIB en 2018 y el 95,4% en 2019. Y esta disminución se está consiguiendo gracias a la caída del déficit público, los bajos intereses promovidos por el BCE y el crecimiento económico, que hace que crezca el denominador y, por tanto, baja el peso relativo de la deuda. Además, el fin del déficit eléctrico y de los rescates soberanos de países como Grecia ha dejado de sumar más deuda. Aun así, el endeudamiento continúa en unos niveles no alcanzados desde hace un siglo, según las investigaciones del catedrático Francisco Comín.
De hecho, semejante carga de deuda se está plasmando en un pago de intereses que este año ascenderá a los 32.171 millones de euros, un 3,9% menos que el año anterior, cerca de un 10% menos que hace dos años y la segunda mayor partida de los Presupuestos Generales del Estado para 2017, solo por detrás de las pensiones. Esta cantidad abarca el 9,4% de todo el gasto del Estado y, por dar una idea, sobrepasa la rúbrica de prestaciones a parados, supera cualquier presupuesto de gasto de una comunidad autónoma y duplica el desembolso en personal de los Ministerios.
Y estas cifras se abonan a pesar de unos intereses históricamente bajos, hasta el punto que en 2016 el tipo medio de las emisiones del Tesoro se situó en el 0,63% y el coste medio del conjunto de la deuda se colocó en el 2,8%, un tipo nunca conocido por obra y gracia de las compras de deuda del BCE. Pese a estas excelentes condiciones de mercado, esta partida representa ahora el doble de lo que se gastaba por este concepto a comienzos de la crisis. Lo cual subraya la extrema vulnerabilidad de la economía española a una subida de tipos en el futuro, tal y como resaltaba este lunes el Banco de España en sus proyecciones económicas.
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