La capital lidera la bajada del endeudamiento sin lugar a dudas. Acumula 3.610 millones de euros de deuda, tras rebajarla en 257,6 millones en un trimestre (el 6,7% menos) y 1.118,3 millones en un año (un 23,6%). Madrid sigue siendo el gran ayuntamiento más endeudado de España, pero ahora ha vuelto a niveles de hace justo 11 años. El ayuntamiento de la capital alcanzó su nivel máximo de endeudamiento en junio de 2012: llegó a acumular 7.887 millones de euros en préstamos y compromisos varios. Buena parte de esa enorme mochila de deuda la generó el soterramiento de la M-30, una enorme obra pública de la época del exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón que arrancó entre 2005 y 2006.
El año 2012 —Ana Botella era entonces alcaldesa— supuso un punto de inflexión y comenzó una lenta pero continuada reducción, que se ha acelerado en los dos últimos años. Entonces entró en vigor la Ley de Estabilidad que obligaba a los Ayuntamientos a ajustar sus cuentas y destinar todos los ahorros a amortizar deuda. Entre el nivel crítico de junio de 2012 y marzo de 2017, los pasivos de Madrid se han recortado en 4.176,6 millones. Desde la llegada de Manuela Carmena al consistorio madrileño, en junio de 2015, la reducción es de 2.025 millones. El Ayuntamiento no ha llevado a cabo grandes inversiones en los últimos dos años y el superávit lo destina a amortizar deuda. Otras ciudades han sido más remolonas con el cumplimiento de la Ley de Estabilidad.
Entre los 13 municipios de España con más de 300.000 habitantes suman una deuda conjunta de 8.027 millones de euros. Casi todos se han apretado el cinturón: los créditos y compromisos bajan en 322 millones en un trimestre y en 1.248 millones en un año. Además de Madrid, han realizado un fuerte esfuerzo importante Alicante (con 28 millones menos en un año), Bilbao (pasa de 2,8 millones a 810.000 euros) o Valladolid (21 millones en un año).
Los Ayuntamientos han tenido más fácil el ajuste que las comunidades. Por un lado, su principal ingreso, el IBI, es el único impuesto que siempre ha subido. Por otro, algunos de los servicios que prestan eran de más fácil ajuste que ámbitos como la sanidad y la educación, competencias de las instituciones regionales. Además, la Ley de Estabilidad, aprobada en 2012, les obliga a destinar los ahorros presupuestarios a amortizar deuda.
El contrapunto en las grandes ciudades lo ponen Murcia, que dispara su deuda hasta casi doblarla en un año (pasa de 159 millones a 310 millones) y Barcelona. La capital catalana reduce algo su deuda este trimestre (el 2,9%) pero ha empeorado sus compromisos un 12,1% en un año. El consistorio liderado por Ada Colau debe 815 millones, frente a los 726 millones de marzo de 2016. Colau, elegida alcaldesa en Barcelona al mismo tiempo que Carmena en Madrid, desde su llegada ha elevado la deuda en 99,4 millones de euros.
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