La presión fiscal viene expresada por el total de impuestos que recauda el sector público de un país determinado. Habitualmente viene expresada como los ingresos fiscales respecto al producto interior bruto (PIB), es decir el porcentaje del PIB que los ciudadanos destinan al pago de impuestos.
Con este baremo hay que tener en cuenta que, por ejemplo, cuando aumenta o disminuye el PIB (por ejemplo, fruto de una recesión o una época de bonanza económica) el efecto sobre la tasa de presión fiscal es grande y no necesariamente por cambios impositivo.
En este particular ranking y tal y como aparece en Datosmacro.com, los franceses son los que acumulan una mayor presión fiscal. Un 47,8% del PIB francés corresponde a ingresos en forma de impuestos. En Francia los ingresos tributarios per cápita del Estado han sido de 15.608 euros
El segundo con una mayor presión fiscal es Dinamarca, sin embargo, el país nórdico ha visto reducir en un 2,7% dicha presión fiscal. En Dinamarca los ingresos tributarios per cápita del Estado han sido 22.573 euros. Bélgica ocupa la tercera plaza, con un porcentaje del 46,8%. Los belgas también han experimentado un descenso, en este caso del 0,6%. Los ingresos tributarios per cápita del Estado han sido de 16.979 euros.
Por contra, los países que disfrutan de una menor presión fiscal son Indonesia, Guatemala y República Dominicana, con unos porcentajes sobre el PIB del 12,2%, 12,4% y 13,7%, respectivamente.
La presión fiscal en España se mantiene sin cambios en el último año, en el 34,4% del PIB, si la comparamos con el resto de los países, podríamos decir que los ciudadanos de España están sometidos a una presión fiscal media-alta, ya que ocupa el puesto 55 del ranking. En 2015 los ingresos fiscales totales han sido de 370.467 euros. En España los ingresos tributarios per cápita del Estado han sido 7.976 euros.
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