El ministro británico del Brexit, David Davis, viaja a Bruselas para reunirse con Michel Barnier, jefe negociador de la UE, y arrancar oficialmente el complicado proceso que debe concluir, según el plazo establecido en el artículo 50 del Tratado de Lisboa, en marzo de 2019.
La primera ministra planeó un Brexit duro: abandonar el mercado único y la unión aduanera para no ceder ni un ápice en el control de la inmigración. Pero tras el mal resultado de las elecciones del 8 de junio, la estrategia está en el aire. El ministro de Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, considera plausible que Reino Unido siga formando parte del mercado único, pero solo si acepta la libre circulación de trabajadores y la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE, según la prensa germana.
«Quizás existe ahora una posibilidad de lograr un Brexit blando, es decir, que Reino Unido permanezca en el mercado único de la Unión Europea (UE) pero para eso debe haber también libre circulación de los trabajadores», señaló el político socialdemócrata en declaraciones al dominical Welt am Sonntag. Gabriel también insistió en que Londres debe aceptar someterse al Tribunal de Justicia de la Unión Europea o «al menos a un tribunal común que siga los principios del Tribunal de Justicia Europeo y esté integrado por europeos y británicos».
Los contactos formales para trazar los términos del divorcio arrancan este lunes, tras una semana de conversaciones técnicas entre Bruselas y Londres para aclarar cuestiones logísticas y de metodología. Se espera una larga jornada que arrancará a las 11 de la mañana con una reunión de las dos delegaciones, encabezadas por los respectivos jefes negociadores: Barnier y Davis. Después, se prevé que ambos almuercen juntos antes de que empiecen las citas de los grupos de trabajo, coordinados por la funcionaria europea Sabine Weyand y el británico Olly Robbins. La primera ronda concluirá con una rueda de prensa de Barnier y Davis.
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