El golpe de timón que las grandes navieras y las empresas del Puerto de Barcelona han dado en la patronal Anesco de la mano de los sindicatos ha llevado la calma a los puertos, al menos temporalmente. Los representantes de los trabajadores han decidido suspender los tres próximos días de huelga (23, 26 y 27 de junio) «como muestra de buena voluntad y disposición a la negociación real» en atención a la crisis que atraviesa la patronal y a la promesa velada del presidente de la Asociación de Empresas Estibadoras Portuarias, Javier Vida, de que la nueva patronal apoyará oficialmente su propuesta de negociación.
Y es que, Vidal envió ayer una carta a Coordinadora pidiendo paz y tiempo para «reestructurar la asociación» ante el cambio de posición y de equilibrio de poderes que se está viviendo y que ya ha provocado la salida de tres empresas: Bérge, Erschip (familia Alvargonzález) y Algeposa. «Tras la firma masiva del documento consensuado por los trabajadores y las diferentes empresas portuarias, varias compañías han salido de Anesco. Esto conlleva una reestructuración de la asociación y en atención a esta situación, así como a su nuevo posicionamiento, solicita la suspensión de la huelga», reza una nota de los sindicatos citando la misiva enviada por Vidal, empresario catalán vinculado históricamente a BEST a través de Tercat.
La condición para que los sindicatos no secunden las huelgas convocadas en julio es que se celebre una reunión la próxima semana entre lo que queda de Anesco y los sindicatos, en la que las empresas se deben comprometer oficialmente a aceptar la propuesta de negociación de los sindicatos y se abra un periodo de conversaciones que permita llegar a un acuerdo en septiembre. A su vez, Coordinadora está a la espera de ver cómo se soluciona la crisis de la patronal y si finalmente se crear otra, tal y como han planteado alguna de las terminalistas críticas, para ver quién será su interlocutor y su fuerza.
Esta suspensión abre la puerta a los paros selectivos y las huelgas encubiertas en las terminales de las empresas que no se han adherido a dicho acuerdo, que entre otras cosas exige que el control de la formación y el acceso de nuevos trabajadores quede en manos de los sindicatos y que se subrogue al cien por cien de los empleados.
La terminal de Hunchinson fue una de las primeras en pactar al margen de la patronal con los estibadores a cambio de suspender la huelga en sus instalaciones. Setram, Coma i Riba, Sammer, MSC, APM y TTI, entre otras, se unieron rápidamente al acuerdo logrando a cambio la paz en el puerto de Algeciras y en parte de Barcelona y Valencia.
La adhesión de Maersk, dueña de APM, y de Noatum Ports, vendida a Cosco, a la propuesta de Coordinadora para negociar el V Convenio Colectivo supuso un duro golpe a la aparente unidad de Anesco ya que quitó la mayoría a la posición de las grandes terminalistas españolas, que se negaron a aceptar el plan sindical al considerarlo «ilegal». El cambio de equilibrios entre las terminalistas que están dispuestas a aceptar todas las exigencias de los estibadores y las que no, llevó a varias compañías a provocar una ruptura en la asociación.
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