Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea, mostró este lunes el primer síntoma de incomodidad en Bruselas desde que el Gobierno anunciase una rebaja del IRPF a ciertos tramos bajos de renta. Esto supondrá una merma de ingresos de 2.000 millones de euros y España se encuentra todavía en el programa de reducción de déficit excesivo de la UE, con objetivos de déficit público del 3,1% este año y del 2,2% el que viene.
El mensaje fue cauto, pero dejó el recado. Moscovici aseguró que España crece con fuerza y que, según sus previsiones, el déficit público bajará el año que viene del 3%, el límite fijado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. «La apreciación que tenemos sobre el presupuesto español es que, tenido en cuenta un crecimiento importante, España podrá bajar del 3 % (del PIB de déficit) en 2018», dijo. Sin embargo, el comisario francés también aprovechó para recordar que las normas fiscales de la UE obligan también a hacer esfuerzos «estructurales».
Y por ahí es por donde flaquea la medida del Gobierno con el IRPF. En principio, la Comisión Europea no tiene nada contra la reducción de impuestos, siempre que esta vaya acompañada de una bajada equivalente del gasto público. De lo contrario, la posición estructural del déficit español, empeora. «Lo que cuenta al final es la manera en que se fijan los equilibrios presupuestarios», sentenció Moscovici.
Moscovici hizo estas declaraciones en la rueda de prensa posterior a la reunión de ministros de Finanzas de la UE que se celebró este lunes en Bruselas. Por su parte, Luis de Guindos, ministro de Economía español, defendió antes de incorporarse al encuentro que la bajada del IRPF y el cumplimiento de las metas de déficit público de Bruselas son «compatibles». «Los objetivos de déficit se siguen manteniendo, para este año es del 3,1% y para el que viene esperamos estar ya claramente por debajo del 3%», aseguró De Guindos.
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