La mayoría de países de la UE han bajado en los últimos 20 años el impuesto de sociedades.
Desde el año 2000, todos los Estados miembros han optado en mayor o menor medida por rebajar el tributo que grava los beneficios empresariales. La única excepción es Malta, que mantiene un gravamen muy elevado del 35%, pero que resulta engañoso porque en realidad su régimen fiscal es beneficioso para las compañías. La competencia fiscal…