España es el país europeo con más supermercados e hipermercados por habitante. El ciudadano sale de casa y tiene tiendas de sobra donde elegir. Quizá por eso nuestro país es el único de las principales economías europeas donde está creciendo el gasto en gran consumo. Más que en Francia, Italia o Alemania, donde las ventas en el súper están estancadas o cayendo. Vuelve la España boyante, la que afloja el bolsillo sin miedo, la que pasea el carro por el supermercado y ya no lo colma sólo de necesidad sino también de capricho.
El sector del gran consumo (los productos de alimentación, bebidas y productos de droguería e higiene que compramos en supermercados e hipermercados) es uno de los que más se está luciendo en la era post crisis. En lo que llevamos de año las ventas en gran consumo han alcanzado los 30.335 millones de euros, según datos a cierre de mayo facilitados por la consultora Nielsen. Esto supone un crecimiento del 3%.
El año pasado a estas alturas eran de 29.439 millones de euros. Desde Anged, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (agrupa a más de 20 cadenas de supermercados, hipermercados y tiendas) también calculan que las ventas del sector podrían cerrar el año con un crecimiento de entre el 2,5 y el 3%, «consolidando así la recuperación observada desde 2015».
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