La Secretaría General de Financiación Autonómica, dependiente del Ministerio de Hacienda, ha decidido intervenir las cuentas del ayuntamiento de Madrid por el incumplimiento reiterado de la regla de gasto. El departamento de Cristóbal Montoro defiende que el consistorio de Manuela Carmena gasta por encima de lo exigido por la Ley de Estabilidad Presupuestaria y, a partir de ahora, tutelará financieramente al ayuntamiento.
Hacienda maneja documentos en los que se refleja que Madrid rebasó su techo de gasto en 2015 en 17 millones y, en 2016, en 233 millones. Para el ejercicio en curso, el Gobierno de Mariano Rajoy considera que se han presupuestado 238 millones por encima del límite de estabilidad.
Teniendo en cuenta el incumplimiento reiterado, Hacienda sostiene que está habilitada para aplicar las medidas coercitivas que contempla la Ley de Estabilidad Presupuestaria y tutelar la actividad financiera del consistorio. Así, el ayuntamiento de Madrid deberá informar semanalmente a Hacienda de todas sus operaciones para comprobar si efectivamente está aplicando medidas para corregir su desvío.
Hacienda señala que Madrid debería aplicar ajustes que reduzcan los gastos o eleven los ingresos en 238 millones este año y en 243 millones el siguiente para situarse en la senda legal del gasto. Hasta que ello no suceda, se mantendrá la intervención. La tutela financiera es solo una de las medidas que contempla la Ley de Estabilidad.
Si el ayuntamiento de Madrid no acata las órdenes de Montoro, Hacienda podría multar al consistorio y exigirle constituir un depósito en el Banco de España equivalente al 0,2 % de su PIB. En última instancia, el Gobierno de Mariano Rajoy puede exigir el cumplimiento forzoso del ajuste e, incluso, proceder a la disolución de los órganos de la corporación local. Solo una vez en la historia se ha aprobado la disolución de un ayuntamiento. Fue en Marbella, en 2006, tras destaparse una enorme trama de corrupción.
En cualquier caso, la situación financiera de Madrid es buena. El ayuntamiento cerró el año pasado con un superávit 1.115 millones de euros. En números absolutos, es la Administración más saneada de España. De hecho, ese superávit es clave para que Madrid pueda reducir su abultada deuda pública, que alcanza hoy los 3.567 millones. La cifra ha bajado a la mitad en los últimos tres años.
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