Los países de la Unión Europea (UE) y el Parlamento Europeo alcanzaron hoy de madrugada un acuerdo sobre el presupuesto comunitario para 2018, que aumenta un 1,4% con respecto a 2017, hasta los 160.100 millones de euros, y destinará más de la mitad de estos a fomentar empleo, crecimiento y cohesión.
«El presupuesto de 2018 se centra en prioridades como impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo, reforzar la seguridad y abordar los retos que plantea la inmigración», dijo en un comunicado el viceministro de finanzas de Estonia, Märt Kivine, cuyo país ocupa la presidencia temporal del Consejo.
Las cuentas finales, aprobadas tras una reunión de más de 16 horas precedida de más de dos semanas de negociación, fijan en 160.100 millones de euros los compromisos (importe máximo de pagos futuros a los que puede comprometerse la UE) y en 144.700 millones los pagos (gastos efectivos).
La cantidad comprometida para 2018 es un 1,4% superior a la de 2017 (157.860 millones en compromisos), y como es habitual se sitúa en el término medio entre la posición que reclamaba la Eurocámara (162.550 millones) y la del Consejo (159.000 millones), institución que representa a los países, responsables de llenar las arcas comunitarias.
La partida que más crece (2,8%) es la destinada a «crecimiento inteligente e inclusivo», hasta los 77.534 millones de euros, de los que 22.001 millones se destinan a iniciativas para mejorar la competitividad e impulsar el empleo (un 3,2% más que en 2017) y 55.532 (2,7% más) a fondos estructurales y de cohesión.
En esta partida se incluyen 11.200 millones de euros para el programa de investigación e innovación Horizonte 2020, otros 2.000 millones para el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (EFSI), 354 millones de euros para el programa COSME de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, o 350 millones para la Iniciativa de Empleo Juvenil, entre otros. La línea destinada a ayudas a la agricultura aumenta también un 1,2%, hasta los 59.285 millones de euros.
Se reducen, sin embargo, las partidas destinadas a seguridad (18,5%) hasta los 3.493 millones de euros y la denominada Europa Global (8,3%) hasta los 9.569 millones a pesar de la relevancia que Eurocámara y países atribuyen a ambas. En total, unos 4.100 millones se dedicarán a la gestión de la inmigración y los desafíos de seguridad, indicó la Comisión Europea, que añade que 40 millones se destinarán a financiar la investigación en tecnologías de defensa.
La Eurocámara, por su parte, se felicitó de que se incluya un aumento de los fondos para las agencias relacionadas con la seguridad (Europol, Eurojust y la Oficina Europea de Asilo EASO). Asimismo, indicó el Parlamento, se han recortado en 150 millones los fondos de preadhesión a la UE que se conceden a Turquía y se han puesto en reserva otros 70 millones comprometidos teniendo en cuenta «el deterioro de la situación en relación con la preocupación por la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos» en el país.
«Para aquellos que se desvían de nuestros estándares democráticos y violan los derechos fundamentales, hemos enviado el mensaje claro de que el dinero que la UE proporciona no va sin condiciones», dijo el líder de la Eurocámara para la negociación presupuestaria, el eurodiputado popular rumano Siegfried Muresan.
Este recorte en los fondos de preadhesión había sido demandado por los jefes de Estado y de Gobierno en su cumbre de octubre debido a las preocupaciones sobre la deriva de Turquía, a quien se conceden fondos para ayudarle en su camino hacia la adhesión a la UE. Para poder entrar en vigor, la Eurocámara y el Consejo deben aún dar su visto bueno definitivo en las próximas dos semanas.
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