El 20 de la población más privilegiada ingresa hasta siete veces más que aquellos que se encuentran en los niveles más bajos. En 2015, la última fecha de la que se tienen datos oficiales, el ingreso medio familiar neto ajustado fue un 6% menor que el registrado diez años antes, en 2005. «Es una de las mayores caídas registradas durante la década».
En nueve de los veinte indicadores que la OCDE utiliza para medir el bienestar España no pasa el corte y se sitúa entre los países miembros más desfavorecidos. La tasa de desempleo nacional es la segunda más alta del entorno, un 19,7%, y la tasa de fracaso escolar, un 42,6%, es la tercera.
Según la organización, en España los resultados son mixtos: mientras se tienen debilidades muy acentuadas en lo que a empleo se refiere, la relación entre trabajo y vida es un área fuerte. El mercado laboral está dominado por la inseguridad y el porcentaje de parados de larga duración está por encima de la media de la OCDE.
Esta problemática se agudiza entre la población femenina, donde las mujeres tienen un 18% más de posibilidades de no tener trabajo y tienen el doble de posibilidades que los hombres de ocupar un puesto mal pagado.
A pesar de estos datos, este estudio bianual destaca que los trabajadores españoles hacen de media la mitad de horas extras registradas que la media y disfrutan de los mayores períodos de tiempo libre entre los países miembros.
España suspende en lo que a educación se refiere. La OCDE pone de relieve que solo el 58% de la población adulta en edad de trabajar tiene estudios de, al menos, segundo ciclo. En la diferenciación por sexos, las mujeres tienen un 8% más de probabilidades que los hombres de tener estudios superiores.
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