El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves de forma exprés el nuevo acuerdo de financiación para el País Vasco. El nuevo cupo que la comunidad abona al Estado anualmente será de 1.300 millones para el periodo 2018 a 2021, es decir, 225 millones menos por ejercicio que el concierto establecido desde 2007.
La decisión, que ha sido aprobada con 294 a favor, los 36 en contra de Ciudadanos y Compromís, y dos abstenciones de los diputados de EH Bildu, ha estado marcada por una importante polémica por los tiempos y las cifras.
De un lado porque, según argumentan desde Compromís y Ciudadanos, el acuerdo da prioridad al concierto especial del País Vasco, del que solo disfruta también Navarra, pese a que desde 2014 está pendiente una reforma del sistema de financiación del resto de autonomías.
Un asunto que despierta descontento también en las filas de los barones socialistas, pese a que Ferraz ha decidido apoyar el nuevo acuerdo vasco impulsado por el PP. De hecho, pese a secundar el nuevo concierto vasco, el portavoz económico del PSOE Pedro Saura ha “exigido” al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, “que presente a las comunidades autónomas y a las distintas fuerzas políticas su modelo de financiación antes del 31 de diciembre de este año».
De otro, porque la cifra supone una importante rebaja del flujo de ingresos que Euskadi envía al Estado cada año. La comunidad “está subvencionada en un 30% por el resto de españoles”, ha aseverado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que ha definido el acuerdo como “el cuponazo” vasco, porque consiste en “darle dinero a quien debería aportarlo”.
El debate se ha visto calentado por el ataque que ha sufrido el acuerdo por parte de Ángel de la Fuente, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), y economista de cabecera del Gobierno en asuntos fiscales.
De la Fuente ha expuesto que la nueva cifra fijada para el cupo vasco no es fruto de un cálculo técnico, sino político, y se alcanza como “por arte de magia”. Según sus cálculos, País Vasco aporta 4.480 millones de euros menos de lo que le correspondería. Montoro, por su parte, ha defendido el acuerdo alcanzado con Euskadi y ha criticado duramente a Rivera por la oposición mostrada por su grupo al pacto fiscal con la comunidad autónoma.
El proyecto es fruto del acuerdo alcanzado para que el PNV apoyara los Presupuestos Generales del Estado de 2017 y el respaldo de los nacionalistas vascos para el techo de gasto de 2018. Retomarlo en la coyuntura actual ayuda a lubricar además las relaciones entre PP y PNV en un momento en que están pendientes los presupuestos autonómicos, así como las cuentas nacionales de próximo ejercicio.
Aunque el grupo del Gobierno contaba con el apoyo del PNV para los nuevos Presupuestos, la tensión desatada en Cataluña había enfriado su relación y alejado un acuerdo. Montoro desligó el cupo vasco de otras negociaciones y aseveró que la clave para un acuerdo presupuestario y de financiación autonómica está en normalizar la situación en Cataluña tras las elecciones del 21D.
El nuevo concierto vasco ha sido aprobado finalmente este jueves mediante un procedimiento urgente y de lectura única, en el que la enmienda a la totalidad presentada por Ciudadanos ha sido rechazada por 290 votos.
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