Los 19 ministros de Economía y Finanzas de la zona euro, el conocido como Eurogrupo, nombrarán hoy un nuevo presidente para suceder al holandés Jeroen Dijsselbloem, quien concluye su mandato el 13 de enero. La elección de la nueva cara de la moneda común llegará justo cuando los socios quieren dar un par de pasos adelante en la profundización de la unión económica y monetaria, empujados por el dinamismo inyectado por el francés Emmanuel Macron que respalda la Comisión Europea. El ejecutivo comunitario presentará este miércoles varias iniciativas, entre ellas la creación de un Fondo Monetario Europeo, una capacidad fiscal para la eurozona y el puesto de superministro de Economía y Finanzas para la UE.
Los cambios se quedarán cortos de la gran integración que algunos añoran y otros recomiendan, con la creación de una verdadera unión fiscal para completar la construcción del euro. Pero representa el primer avance serio en el último lustro desde la incompleta unión bancaria, al que podría dar cuerpo precisamente el superministro de Finanzas europeo. Éste integraría la presidencia del Eurogrupo y la vicepresidencia económica de la Comisión Europea, aunque sus poderes dependerán de la negociación entre Bruselas, París y Berlín sobre la integración de la zona euro.
Por eso, quien salga elegido hoy entre los cuatro ministros que han decidido presentar candidaturas podría ser el último que ejerza la presidencia del Eurogrupo en su formato actual. De todos ellos, el favorito es el portugués Mario Centeno. Respetado y aupado por la elogiada recuperación portuguesa, el Cristiano Ronaldo del Ecofin, como le describió nada menos que el ex ministro alemán Wolfgang Schäuble, es además socialista, una condición casi necesaria para llegar esta vez a la silla.
El monopolio que ostenta el PP europeo de las tres grandes presidencias de la UE (Parlamento Europeo, Consejo Europeo y Comisión Europea) ha forzado que esta vez el centro-derecha no ponga ningún nombre sobre la mesa, sugiriendo algún acuerdo entre bastidores con los socialistas para dar salida a uno de sus dos candidatos. El otro ministro de centro-izquierda que ha decidido intentarlo es el eslovaco Peter Kazimir. Supo hacerse un nombre durante la crisis griega siendo directo y colorido.
El luxemburgués liberal Pierre Gramegna lideró algunos días las quinielas más bien por descarte, dadas las dudas de Centeno para presentarse y la ausencia de otros candidatos de peso. Sin embargo, su nombre tendrá pocas posibilidades de alcanzar los 10 votos que necesita para lograr una mayoría simple si populares y socialistas han sellado un acuerdo. Más difícil lo tendrá la letona Dana Reizniece-Ozola, según comentan altos cargos del Eurogrupo. Se considera que esta campeona de ajedrez de su país lleva poco tiempo entre los ministros.
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