La sede de London Stock Exchange Group (operador de la Bolsa de Londres) ha sido escenario hoy de una jornada sobre financiación sostenible en España organizada por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), durante la que emisores de bonos, inversores y bancos de negocios han coincidido en su expectativa de un aumento de ese tipo de transacciones durante los próximos años.
Allegra Berman, directora de instituciones financieras del banco HSBC en Europa, indicó que el volumen emitido en bonos sostenibles (para financiar proyectos renovables y sociales, entre otros destinos) ha alcanzado los 138.000 millones de dólares (117.000 millones de euros) en lo que va de año, y los analistas de su entidad predicen que se llegue a los 180.000 millones de dólares en 2018.
Pablo Zalba, presidente del ICO, destacó que esta institución estatal española ya ha colocado dos mil millones de euros en bonos sociales en los últimos años, dentro de su objetivo de «ayudar a la redistribución de la riqueza en España», y sigue trabajando en nuevas operaciones con deuda sostenible. Según Fernando Navarrete, director financiero del ICO, la entidad está trabajando ahora para lanzar una emisión de bonos verdes, que servirían para financiar inversiones en energías limpias. Zalba señaló que, si todo va bien y se encuentran proyectos adecuados dentro de los parámetros que se fijen para prestar el dinero, esta emisión podría realizarse a mediados del próximo año.
El principal debate en la conferencia se centró en el alcance de la definición de deuda sostenible. Lisa Wong, directora de nuevas estrategias del fondo especializado en inversiones sociales Affirmative Investment Management, indicó que su firma no compró el «bono verde» de 500 millones emitido por la petrolera Repsol en mayo al no cumplir sus criterios de sostenibilidad. En opinión de Alban de Fay, gestor de fondos en la firma francesa Amundi, es difícil para algunos inversores catalogar como «verde» el bono de Repsol cuando se dirige a renovar viejas refinerías de petróleo, «aunque el proyecto al que va destinado ese dinero va a suponer una gran reducción en las emisiones de CO2». Con esa emisión, Repsol ha sido la primera petrolera en emitir bonos verdes.
Roberto Fernández Albendea, director de relaciones con inversores de renta fija de Iberdrola, abogó por buscar una definición amplia de sostenibilidad. Por ejemplo, anticipó que su compañía se plantea en los próximos dos años la posibilidad de emitir bonos verdes para financiar inversiones en la red eléctrica de distribución. «Nuestro reto será convencer a los inversores de que se trata de proyectos sostenibles, ya que las redes no realizan emisiones contaminantes y su modernización es positiva para la sostenibilidad del sistema». Iberdrola ya es uno de los mayores emisores del mundo de bonos verdes, pero el dinero captado con estos títulos va hasta ahora dirigido a proyectos de energía renovable.
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