La Unión Europea aprobará este viernes unas nuevas directrices sobre el brexit en las que advierte a Reino Unido que se suspenderán las negociaciones si Londres da marcha atrás en los compromisos aceptados hasta ahora.
La advertencia comunitaria llega tras el acuerdo del pasado viernes sobre la primera fase de negociación, en el que el gobierno de Theresa May cedió en gran parte a las exigencias planteadas por Bruselas. Los 27 países de la Unión responden ahora con un blindaje que obligará a Londres a respetar lo pactado si quiere lograr un brexit ordenado y poco traumático para la economía británica.
May, logró el pasado viernes in extremis que la UE se diese por satisfecha con los compromisos aceptados por Londres en los tres puntos de la primera fase de negociación: garantía sobre los derechos de los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido; factura de salida (unos 50.000 millones de euros); y libre circulación de personas y mercancías entre Irlanda del Norte y la república de Irlanda.
Las cesiones de May permitirán que la cumbre europea de este viernes en Bruselas dé luz verde a la apertura de la segunda fase de negociaciones del brexit, que incluye los dos puntos más importantes para Londres: el período de transición hasta la salida definitiva de la UE (en 2021) y el marco de referencia para el futuro acuerdo comercial entre ambas partes.
En enero, según fuentes comunitarias, arrancará ya la negociación del período transitorio, en el que las normas comunitarias seguirán vigentes en Reino Unido, lo que permitirá a empresas y ciudadanos seguir con total normalidad su actividad actual. Poco después, en primavera, arrancará la negociación sobre el marco general en el que se enmarcará el futuro acuerdo comercial entre Bruselas y Londres
Ambas negociaciones permiten a Reino Unido encarar con más calma la salida de la UE y reduce el riesgo de un brexit brutal con daños potencialmente enormes para sectores como el financiero, el logístico, el transporte aéreo, el químico o el agroalimentario.
Numerosas empresas han respirado aliviadas tras el acuerdo del viernes sobre la primera fase. Y algunas entidades financieras incluso se plantean retrasar los planes para situar parte de su actividad fuera de la City londinense. Pero las críticas en Londres a las cesiones de May pueden animar al Gobierno británico a intentar reabrir los tres primeros pactos.
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