Nunca un plan de vivienda ha entrado plenamente en vigor el día 1 de enero del primer año de vigencia. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, anunció que en esta ocasión con el plan 2018-2021 sí sería posible porque el Gobierno decidió prorrogar para 2017 el programa de ayudas anterior, el 2013-2016. Por primera vez había tiempo suficiente para acordar con la oposición y las comunidades autónomas las nuevas ayudas públicas a la compra o alquiler de casa. Y, sin embargo, finalmente, no podrá ser.
El Ministerio de Fomento aún confía en que los primeros trámites que restan para que el programa plurianual pueda ser efectivo se aprueben a lo largo del mes de enero, pero aun así restará celebrar una conferencia sectorial con todas las comunidades autónomas, que son las que tienen las competencias en materia de vivienda. Fuentes del Departamento que dirige De la Serna explican que primero ha de aprobarse en Consejo de Ministros el real decreto, después deberán autorizarse las cuantías de las ayudas, a continuación, convocar la conferencia sectorial y, por último, suscribir uno a uno los convenios con cada comunidad.
El Gobierno se limita a explicar que a lo largo del mes de enero estará aprobado por el Consejo de Ministros, pero los más pesimistas, como promotores y algunos expertos advierten que no estará plenamente operativo hasta el mes de marzo o incluso hay quien lo retrasa a mayo. Y es que hasta que no estén firmados los convenios con cada una de las autonomías, éstas no pueden aprobar la concesión de las ayudas con cargo al nuevo plan.
El mercado inmobiliario espera con expectación este nuevo programa de subvenciones porque si algo ha cambiado la crisis, ha sido la percepción que se tiene del alquiler tanto por parte de los particulares como por parte de las empresas. Tal y como advierten desde la consultora Knight Frank, entre los inversores y grandes fondos inmobiliarios hay verdadero interés por entrar en España en el segmento del alquiler residencial, donde existe una evidente falta de producto.
El plan no solo vuelve a apostar por las ayudas directas tradicionales a la compra y el alquiler de vivienda, sino que contempla fuertes incentivos a la construcción y promoción de viviendas con el objetivo de que, en unos años España, y sobre todo allí donde hay más demanda, pueda contar con un parque estable de viviendas en alquiler.
¿A qué responde entonces este retraso? Nadie se lo explica porque los plazos que dio el Ministerio eran lo suficientemente amplios. Las comunidades hace ya meses que remitieron a Fomento sus alegaciones, si bien hace apenas dos semanas lo hicieron algunos de los municipios más poblados. Empresas constructoras consultadas apuntan a la situación política y la ausencia de presupuestos como la única explicación posible, ya que los trabajos técnicos de la elaboración del plan han ido avanzando a buen ritmo. No obstante, al tratarse de un programa plurianual no tendría que verse afectado en principio por la prórroga presupuestaria.
Así, aunque fuera de plazo, quizás tengan cabida todavía algunas de las sugerencias efectuadas por los municipios. Entre las alegaciones presentadas por los regidores de Madrid, Barcelona, Cádiz, Santiago de Compostela, A Coruña, Valencia y Zaragoza destaca la exigencia de dotar al plan con 2.000 millones de euros adicionales en 2018 para poder realizar inversiones en vivienda que equiparen a España con los grandes países de Europa.
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