El Banco de España ha lanzado sin embargo una primera pista, que revela que el clima de inquietud que provocaron los acontecimientos políticos ha pasado factura en los indicadores de empleo, turismo y vivienda de Cataluña, que han evolucionado peor en el cuarto trimestre que en el resto de comunidades autónomas y, en particular, peor que en el resto de autonomías con mayor peso económico, como Madrid.
Aun así, ese impacto inicial no ha calado todavía en el conjunto de la economía española, sobre la que Cataluña tiene un peso determinante, equivalente al 19,1% del PIB. El Banco de España avanza que la economía española registrará un crecimiento en el cuarto trimestre de este año similar al del tercer trimestre, en el entorno del 0,8%, sin que haya por tanto un retroceso de un trimestre a otro. En el conjunto del año, la economía española avanza el 3,1% –en línea con la previsión oficial del Gobierno–, un crecimiento al que la demanda interna aporta el 2,6% y la demanda exterior, el 0,5% restante.
En el cuarto trimestre del año, la demanda interna habría contribuido al crecimiento del 0,8% con el 0,6% –dos décimas menos que en el trimestre anterior– mientras que la demanda exterior habría aportado otro 0,1%. La institución reconoce que la información a nivel regional todavía es escasa pero ya advierte de la aparición de los primeros efectos adversos ligados a la incertidumbre causada por la crisis política en Cataluña de los últimos meses. Así, la economía catalana podría registrar “un ritmo de avance de la actividad inferior, en el tramo final del año, al del conjunto de la economía española, en contraste con el mayor dinamismo en trimestres precedentes”, explica el Banco de España.
La institución insiste en que el alcance final del independentismo catalán sobre la economía dependerá de la magnitud y persistencia del desafío soberanista. Pero reconoce que, si se prolonga el escenario de alivio de la tensión en Cataluña, como el percibido durante el mes de noviembre y las primeras semanas de diciembre, podría darse un escenario de mayor crecimiento que el que el propio Banco de España ha contemplado en sus estimaciones recientes.
El escenario central que maneja el Banco de España, apuntado el pasado 15 de diciembre, sería el de un impacto transitorio y acotado en el tiempo, de una pérdida acumulada de PIB hasta finales de 2019 de unos 0,3 puntos porcentuales. “Por el contrario, un hipotético rebrote de las tensiones en los próximos meses podría llevar a un impacto más pronunciado sobre las decisiones de consumo e inversión de los agentes que el que se infiere a partir de los datos parciales disponibles”, añade.
La incertidumbre política en Cataluña se ha convertido en el mayor riesgo para la economía española de cara a 2018 y ya ha sido factor determinante para que las agencias de rating hayan optado por no revisar al alza la calificación financiera de la deuda soberana española. Los tensos acontecimientos políticos del mes de octubre, con la declaración unilateral de independencia y la activación por parte del Gobierno de Mariano Rajoy de la suspensión de la autonomía catalana, han provocado el traslado de su sede a fuera de Cataluña de más de 3.100 empresas y un freno en la actividad, según ha constatado el Banco de España
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