El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha propuesto la creación de dos nuevos impuestos: uno que grave las transacciones financieras y otro extraordinario sobre la banca, para que sostengan el sistema público de pensiones.
Sánchez ha argumentado que si los españoles evitaron la caída de los bancos durante la crisis «con el sudor de su frente» es «justo» que ahora los bancos les ayuden a garantizar sus pensiones. El líder socialista ha recordado, en un desayuno informativo, que estos gravámenes son exigencias de la UE y el FMI y que ya los han puesto en marcha los Gobiernos de Gran Bretaña y Francia.
La propuesta del líder socialista ha sido rechazada frontalmente por el Partido Popular. Su portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, la ha definido como «mentirosa y demagógica» y recomendó a Sánchez que «antes de hablar de pensiones haga un análisis profundo de la situación».
Además de esta propuesta, Sánchez ha descartado toda posibilidad de apoyar los Presupuestos Generales del Estado para este año para evitar ser «cómplices» de los recortes acordados entre el Gobierno y Ciudadanos. Con todo, se ha mostrado convencido que el Ejecutivo logrará «apoyos suficientes» para sacar adelante sus cuentas.
En su conferencia, Sánchez ha explicado que en 2018 su trabajo será, entre enero y mayo, tejer con colectivos sociales «diez acuerdos de país», para después llevarlos al Parlamento e intentar conseguir el consenso necesario para aprobarlos entre junio y diciembre.
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