Bruselas reclama a los Estados Miembros los poderes para recaudar más fondos directamente: entre 20.500 y 63.000 millones de euros al año entre 2021 y 2027, el periodo que comprenderá el próximo Marco Financiero Plurianual de la UE. Será el primero sin Reino Unido, que abona al presupuesto europeo 13.000 millones más de los que recibe de vuelta.
Según la documentación publicada hoy por la Comisión Europea, el dinero extra saldría de una reforma del sistema de recaudación del IVA para hacerlo verdaderamente europeo (entre 15.000 y 20.000 millones anuales); otra reforma de la base común del impuesto de sociedades, que incluiría medidas para gravar más a la economía digital (entre 3.000 y 20.000 millones); otra del mercado de derechos de emisión de CO2 (entre 1.000 y 15.000 millones) y de la distribución de una parte de los beneficios del Banco Central Europeo (entre 1.500 y 8.000 millones).
De este modo, la Comisión Europea pretende aprovechar el río revuelto del Bréxit para aumentar lo que en jerga europea se conoce como recursos propios de la UE (aquellos ingresos que recauda directamente). En estos momentos, el presupuesto comunitario se nutre principalmente de aportaciones de los Estados Miembros que, grosso modo, equivalen al 1% de su Producto Interior Bruto.
El Ejecutivo europeo no lo va a tener nada fácil. Su propuesta necesita el visto bueno unánime de todos los países. De momento, ha empezado hoy poniendo negro sobre blanco un abanico de escenarios sobre cómo cuadrar las cuentas del presupuesto de la UE post-Brexit.
Los gobiernos deben empezar a decidir este año cómo afrontar el agujero de 13.000 millones de euros que la salida del Reino Unido de la UE va a generar a partir de 2021 y las nuevas necesidades de gasto.
La primera cita será la cumbre de jefes de Estado y Gobierno del 23 de febrero y la primera capa del debate se reduce a un problema matemático. Como las mejoras en eficiencia tendrán un límite y Reino Unido aporta más de lo que recibe, habrá que hacer menos cosas, poner más dinero o una mezcla de las dos.
El documento publicado hoy por la Comisión Europea contempla tanto mantener el statu quo como recortar un 30% los fondos comunitarios destinados a las regiones más pobres (Cohesión) y las subvenciones a agricultores y ganaderos (Política Agraria Común), pero Jean Claude Juncker, presidente del Ejecutivo comunitario, ha dado casi por hecho que las dos partidas sufrirán recortes.
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