“Estamos trabajando en mejorar la paridad en la institución y estamos tomando algunas medidas, aunque el avance es menor del que nos gustaría», ha explicado Mario Draghi, presidente del BCE. Y, minutos después de que el banquero italiano se despidiese de los periodistas la institución ha remitido un comunicado en el que hace balance del peso de las mujeres entre sus equipos directivos y las medidas que tomará para aumentar su presencia.
El BCE ha acordado que en cada una de sus 25 áreas un tercio del equipo de gestión serán mujeres. Y, en cuanto a la alta dirección, debe tener a una mujer en cada una de esas áreas. No es la primera vez que la máxima institución en política monetaria y supervisión bancaria en Europa diseña un plan para tratar de romper el techo de cristal en su seno. En 2013 estableció un plan, para que en 2019 el 35% de sus mandos medios estén ocupados por mujeres y el 28% de la alta dirección estén ocupados por mujeres.
Un año antes de que se cumpla este plan y coincidiendo con la huelga general feminista convocada en todo el mundo, el BCE también se examina a sí mismo. A finales de 2017, el 27% de los cargos de gestión están detentados por ellas. En la alta dirección hay un 17% de mujeres. Entonces, había un 14% de mujeres en la alta dirección y un 17% sumando los puestos medios.
La nueva política del BCE sobre género se complementa con un cambio en sus procesos de contratación para atraer al talento femenino. Esto supone, según explica el comunicado, que los headhunters que trabajan para el BCE tienen el mandato de buscar principalmente a mujeres. Y se compromete a incluir a más mujeres entre los equipos de selección. De hecho, si uno de esos procesos no ha atraído a «un número suficiente» de mujeres puede ser parado y lanzado otra vez.
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