Estabilidad presupuestaria, reformas y apertura de la economía al exterior son los tres pilares bajo los que trabajará a partir de ahora el nuevo ministro de Economía. Román Escolano aterriza en el Gobierno en un momento en el que la tarea de reducir los números rojos pugna con un ambiente preelectoral, el alza del sueldo de los funcionarios, rebajas comprometidas en el IRPF y el debate sobre la revalorización de las pensiones.
El hasta ahora vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) tomó posesión de su cargo este viernes arropado por otros siete cargos del Gobierno –Soraya Sáenz de Santamaría, Alfonso Dastis, Cristóbal Montoro, Fátima Báñez, María Dolores de Cospedal, Isabel García Tejerina y Álvaro Nadal– y del ministro de Economía saliente, Luis de Guindos.
El nuevo titular de la cartera de Economía, Industria y Competitividad destacó que trabajará en impulsar la internacionalización de las empresas españolas y que esa será una de las “banderas del ministerio”. Asimismo, apuntó que pondrá “el acento en la integración europea” y destacó que España tiene ahora una oportunidad para hacerse un hueco en el liderazgo de la UE y en su configuración de la próxima década. Eso sí, “afianzar el papel protagonista de España solo será posible si mantenemos el actual ciclo económico”, comentó.
Su experiencia internacional en el BEI le será muy útil para dar la cara en Bruselas. Este mismo lunes se estrenará en su primera reunión de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) y el martes se dará cita con sus homólogos de la UE (Ecofin). En ambos encuentros compartirá protagonismo con el nuevo ministro de Finanzas alemán. Olaf Scholz fue designado por los socialdemócratas del SPD para dirigir esta cartera –ganada a los democristianos de Angela Merkel– en las duras negociaciones que han llevado a la formación de un Gobierno en Alemania cinco meses después de las elecciones. Scholz toma así las riendas de una cartera que en los últimos ocho años estuvo bajo la batuta del todopoderoso Wolfgang Schäuble, ahora presidente del Parlamento germano.
Más allá de las prioridades fijadas por el propio Escolano, tendrá que hacer frente al procedimiento por déficit excesivo en el que la CE mantiene a España –con Francia como único compañero–. A nivel nacional, lidiará también con la digestión del ladrillo de la banca y con la privatización de Bankia. Todo ello sin olvidar el nombramiento del sucesor de Luis María Linde al frente del Banco de España, dado que su mandato finaliza en junio.
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