Los problemas se acumulan sobre la mesa de trabajo de Pierre Moscovici, comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros. A las preocupaciones por la reforma del euro, la solución de la crisis griega o la lucha contra la elusión fiscal de algunas grandes firmas tecnológicas se suma ahora el enfrentamiento abierto con la Administración Trump después de que impusiera aranceles al acero y al aluminio. «Todos pensamos que las guerras comerciales son malas, nadie gana y todo el mundo pierde», señala Moscovici.
La prioridad en Bruselas sigue siendo encontrar una solución dialogada que evite que la UE se vea afectada por unas medidas que entrarán en vigor ya la próxima semana. Pero el comisario avisa: «Si no encontramos una solución mediante el diálogo, tendremos que actuar». La reunión celebrada esta semana ha servido para que la Comisión Europea consensue con los ministros de Economía de la UE las «contramedidas» con las que responderá a la subida arancelaria de Trump. Y Moscovici destaca que todos están de acuerdo en que «no la podemos aceptar, debemos dar una respuesta firme, proporcionada y unánime».
Según explica, en Bruselas ya se ha confeccionado «una lista de productos» exportados por Estados Unidos a los que se podrían retirar las facilidades de acceso al mercado europeo. Se trata de productos industriales, acero, zumo de naranja, crema de cacahuete o bourbon; sobre los que se podría aplicar un arancel de hasta el 25%.
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