La Comisión Europea aprueba este miércoles un proyecto de directiva que pretende acabar con el agujero fiscal provocado en Europa por la actividad de las grandes multinacionales del sector digital. La nueva norma permitirá a los países de la Unión someter a gravamen la facturación de esas compañías en sus territorios, aunque no tengan presencia física en los mismos.
¿De cuánto será el impuesto? Bruselas propone una horquilla de entre el 1% y el 5%. Pero sugiere que todos los países adopten un tipo común del 3% para evitar la competencia fiscal entre ellos.
¿Qué actividades gravará? El impuesto gravará dos tipos de ingresos brutos: los derivados de la rentabilización de los datos de los usuarios (a través de la publicidad o por la venta de esos datos a terceros) y los de las plataformas de intermediación (como las de hostelería o transporte).
¿Cuánto puede recaudar? Bruselas calcula que con un tipo de 3% se ingresarían unos 4.800 millones de euros entre los 28 países de la Unión, aunque previsiblemente el grueso de la recaudación se lograría en los grandes países.
¿Quién pagará? A las empresas del sector digital con una facturación mundial de más de 750 millones de euros y una facturación en Europa de más de 50 millones de euros.
¿Dónde se pagará? Las empresas tendrán que liquidar el impuesto con las autoridades nacionales de cada país, en función de los ingresos que obtengan en sus territorios por las actividades gravadas. Bruselas propone la creación de una ventanilla única digital para facilitar la declaración y no repetir el papeleo en los 28 países.
¿Qué empresas se verán afectadas? La primera categoría del impuesto afectará a empresas como Google AdWords, Facebook, Twitter o Instagram, porque obtienen una gran rentabilidad con la explotación de los datos de sus usuarios. La segunda categoría atañe a plataformas como Airbnb (hostelería) o Uber (transporte) o a cualquier otra plataforma que facilite el intercambio de bienes o servicios entre usuarios o la venta de aplicaciones.
¿Y qué pasa con Apple o Amazon? También podrían verse afectadas, pero en menor medida, porque gran parte de su negocio consiste en la venta tradicional de productos (como ordenadores o libros).
¿Y Netflix o Spotify? Su modelo de negocio parece a salvo del nuevo impuesto, porque Bruselas no desea gravar la distribución de contenidos digitales. El servicio gratuito de Spotify, sin embargo, sí sería gravado en la parte en que explote los datos del usuario.
Powered by WPeMatico