El proceso de independencia en Cataluña, que se fraguó a partir del referéndum del pasado 1 de octubre, ha tenido un impacto visible en la economía catalana. Alertadas por la falta de seguridad jurídica ante un escenario inédito, cerca de 3.000 empresas optaron por cambiar la sede social a otras comunidades autónomas. En paralelo, el turismo extranjero dejó de acudir a Cataluña y en los tres últimos meses de 2017 se perdieron casi 230.000 viajeros respecto al mismo período de 2016, fundamentalmente de destinos asiáticos y americanos.
Pero, ¿cuál ha sido el impacto real en la economía? El informe Estudios sobre Cambio de Domicilio, elaborado por Informa D&B, filial de CESCE, pone números al coste de la fuga masiva de empresas. En concreto asegura que las casi 3.000 empresas que han completado su salida de Cataluña desde el 1 de octubre de 2017 hasta principios de marzo suman una facturación cercana a los 44.000 millones de euros.
El informe remarca que Madrid ha sido la comunidad más beneficiada por estos cambios de domicilio, ya que es donde han optado por instalarse el 62 % de las empresas, que a su vez suman el 85% del total de la facturación. La capital se lleva el 74% de la facturación (33.000 millones), pero hay otros dos municipios (Alcobendas y Getafe), que se han visto muy beneficiados, al absorber el 5% de la facturación de las empresas que salieron de Cataluña (2.200 millones) y el 2% (880 millones), respectivamente.
Nathalie Gianese, directora de estudios de INFORMA D&B, recalca que la situación política catalana «provocó que a principios de octubre muchas empresas tomaran la decisión de trasladar su sede social a otra comunidad, trámite que lleva un tiempo y que tiene como consecuencia los altos números de traslados en diciembre de 2017 y enero de este año, cerca de 900 en ambos casos, bajando a 445 en febrero, aunque antes del 10 de marzo ya se habían contabilizado 248.”
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