El Estado español solo gastó tres de cada 10 euros presupuestados para I+D en 2017. De los 4.635 millones previstos en las cuentas públicas del año pasado, el Gobierno únicamente desembolsó 1.376 millones, un 29,7% según los datos publicados por la Intervención General la pasada semana y facilitados por Cotec. Esta fundación denuncia que se trata del mínimo histórico registrado en la serie, que arranca en el año 2000. Los datos no contemplan las partidas de organismos autónomos y agencias estatales, que se publican más tarde y representan casi un tercio del presupuesto, unos 1.800 millones de los que sí que se suele gastar prácticamente la totalidad.
El nuevo ministro de Economía, Román Escolano, tendrá una asignatura pendiente heredada de su predecesor, Luis de Guindos. La partida de I+D, dependiente de este ministerio, ha sido una de las que más recortes ha sufrido con la crisis. Y no está mejorando ni siquiera con la recuperación económica. A falta de conocer las cuentas de los organismos autónomos y las agencias estatales, esta rúbrica podría haber quedado en 2017 en unos niveles similares a los de 2016, año en el que se dejó sin utilizar la mitad de todo el presupuesto en I+D. Previsiblemente se situará muy cerca de los 3.182 millones desembolsados en 2016 y lejos de los 8.476 millones que se llegaron a librar en 2009. En total, el recorte asciende al entorno del 60%.
Por el momento, solo se conocen de 2017 los números del Estado central, es decir los Ministerios, que aproximadamente suponen un 70% del presupuesto. Un año más, el Gobierno ha dejado sin usar buena parte del dinero que tenía consignado para I+D: siete de cada diez euros. El año 2016 había sido el peor de una serie que comienza en el 2000. Entonces se elaboraron unos presupuestos poco realistas con la vista puesta en las elecciones.
Y eso obligó a hacer ajustes durante 2016 para poder cumplir con las metas de austeridad que exigía Bruselas. En agosto se cerró el gasto de todas las partidas no esenciales. Lo que se cebó mucho con la inversión pública y, en especial, con la I+D. Hasta el punto de que solo se gastó el 38% del presupuesto asignado para este capítulo. En 2017, la ejecución ha resultado incluso peor: el año pasado únicamente se desembolsó el 29,7% de lo planeado. Y esta vez no se ha producido un cierre del grifo a mitad del ejercicio como se dio en 2016.
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