Twitter, Facebook, LinkedIn, Youtube y, más recientemente, Instagram son un potente escaparate en donde se mueve información, se opina y debate y, sin duda, se influye. La abogacía, un sector tradicionalmente conservador, no se ha mantiene ajena a esta revolución y el uso de estas herramientas se ha extendido entre sus profesionales, conscientes de las ventajas y beneficios de participar en las redes para captar clientes y comunicarse con ellos. Pero no se trata solo de estar, también hay que conocer y saber utilizar los distintos canales; tener claro qué se quiere y cómo conseguirlo.
Los grandes despachos que han dado el salto a este ámbito aprovechan su potencial y usan el conocimiento de sus abogados para posicionarse en un entorno competitivo y, a veces, agresivo. Para obtener el éxito esperado, destacar entre la competencia, crear oportunidades y un retorno para el negocio, elaboran una estrategia de comunicación corporativa adaptada a sus objetivos y cuentan con un equipo experto en redes y marketing que establece las pautas y buenas prácticas a seguir, incluyendo una escucha activa del cliente. Se trata, dicen, de sumar y no restar.
Un estudio sobre cómo actúa el sector de la abogacía en las redes sociales, llevado a cabo en 2016 para Wolters Kluwer, mostraba el alto posicionamiento de estas herramientas como instrumentos de conversión, captación, imagen y fidelización para los bufetes y firmas legales. Una de las conclusiones del estudio revelaba que, si bien las firmas conocían su potencial, no sabían cómo sacarles todo el partido posible y conseguir mejores resultados en sus canales on line. Como ejemplo, un 47% de los más de 600 abogados autónomos y de grandes despachos consultados, apostaba por las redes sociales como pilar de una buena reputación en el sector, pero cinco de cada diez confesaban desconocer cómo mejorar la reputación a través de ellas.
La industria legal está comenzando a darse cuenta, indica, de cómo las redes sociales pueden ayudar a los abogados a “construir y cimentar las relaciones personales”, cruciales para el negocio. Para generar oportunidades, subraya, las cuentas propias de los abogados son, al menos, tan importantes como las cuentas globales de la firma. De hecho, cada vez más abogados consiguen trabajo como resultado de interacciones que han comenzado o continuado a través de las redes sociales, particularmente LinkedIn.
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