El Ministerio de Hacienda ha enviado cartas a 14 entidades locales advirtiéndoles de que, o corrigen el elevado nivel de morosidad en que incurrieron en 2017, o intervendrá sus ingresos para pagar directamente a los proveedores. Son 13 Ayuntamientos y a la Diputación de Cádiz que arrastran un largo historial de incumplimientos por su delicada situación financiera. Están altamente endeudados y durante todo el año pasado han tardado en pagar a sus proveedores más de 60 días —30 días que empiezan a contar al mes de recibir la factura—. Hacienda les exige antes del 20 de abril un nuevo plan de ajuste.
Son Ayuntamientos con una población conjunta de 1,75 millones de habitantes y una deuda acumulada de casi 3.000 millones de euros. Jerez, Jaén y Parla son el paradigma de la mala gestión. Sus alcaldes se embarcaron en proyectos megalómanos durante los años previos a la crisis y no lograron sortearla cuando todo se vino abajo en 2008. Los gobernantes dejaron unas ciudades endeudadas y tardaron varios años en acometer los ajustes necesarios. Una década después se les siguen atragantando sus finanzas. La mayoría de los actuales alcaldes no tienen nada que ver con el origen del problema, pero siguen incumpliendo los límites de deuda y morosidad.
Jaén es víctima de un tranvía que nunca llegó a circular por las calles de la ciudad. El tranvía de Parla sí funciona, pero su construcción dejó seca las arcas municipales. Los problemas de Jerez vienen de lejos. Estas tres ciudades arrastraban plantillas sobredimensionadas, crearon empresas públicas para ofrecer servicios que se escapaban de sus competencias y proyectos disparatados. Tras años de severa dieta y duros ajustes han mejorado algo su situación, pero las heridas siguen sin cicatrizar.
Hacienda da un ultimátum a los 13 Ayuntamientos más morosos: quiere un plan de ajuste en 10 días. Por eso, Hacienda ha enviado cartas esta semana a 14 entidades locales que incumplieron durante todo el año pasado el plazo legal de pago. Tanto la Ley de Estabilidad —una norma creada en 2012 para consagrar la austeridad en las cuentas públicas— como la Ley contra la morosidad establecen que las administraciones públicas deben pagar en un plazo inferior a 30 días, que empieza a contar al mes de recibir las facturas. Si incumplen ese plazo legal durante más de dos meses, las administraciones infractoras tienen que elaborar un plan de tesorería con ajustes para enderezar la situación.
Hacienda recuerda en la misiva, enviada a los alcaldes e interventores, como estos Ayuntamientos ya tuvieron que presentar un plan de ajuste en el tercer trimestre del año pasado. Y aun así no han enmendado su situación. Jerez, Gandía, Parla, Algeciras, Telde o Jaén tardan más de nueve meses en pagar a sus proveedores. El periodo medio de pago de Jaén asciende, incluso, a 540 días: más de un año y medio, según los datos de Hacienda.
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