En los últimos años los bancos han encontrado en este segmento de negocio un filón para elevar sus ingresos. El tipo de interés de los nuevos préstamos al consumo supera el 8% de media y lógicamente deja unos márgenes que superan de largo los hipotecarios, más aún con el euribor anclado en terreno negativo desde 2016. El crédito al consumo crece de forma ininterrumpida desde hace dos años, frente a la caída generalizada en el resto de segmentos.
Aumenta a un ritmo interanual del 15% y mueve 58.000 millones de euros, lo que supone el 4,8% del total del crédito total al sector privado. Pero este tipo de préstamo es más problemático para las entidades, pues tienen menores garantías de pago. «En este segmento de negocio, las garantías juegan un papel menor, por lo que la evolución de esta cartera y su morosidad tendrán que analizarse con atención en los próximos trimestres», según apunta Banco de España en su último informe sobre estabilidad financiera.
La morosidad de estos préstamos ha mejorado en los últimos tres años: ha pasado del 7,7% en 2014 al 5,2% en 2017. Esta buena tendencia no hace bajar la guardia al Banco de España, ya que lo achaca al «significativo» crecimiento de esta actividad en los últimos trimestres. De hecho, desde mediados de 2015 España ha registrado tasas de crecimiento del crédito al consumo superiores a la media de la zona euro. La institución encabezada por Luis María Linde advierte en el informe sobre la presión a la baja que se mantiene en la rentabilidad de los bancos, sobre todo en España.
Y sospecha que las entidades pueden estar asumiendo mayores riesgos en busca de fuentes alternativas para sostener los márgenes. La rentabilidad media sobre fondos propios (ROE) entre las entidades españolas es del 6%, mientras que el mínimo exigido por los inversores para cubrir el coste del capital supera el 9%.
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