El Tribunal Constitucional abre su primera puerta a la posible igualación de los permisos de paternidad y maternidad, «una cuestión jurídica relevante». Ha admitido a trámite el recurso de amparo de un padre que reclamó, sin éxito, a la Seguridad Social un permiso de la misma duración que el de la madre y pagado al 100%. Así, el TC estudiará un recurso que afirma que la situación actual es «discriminatoria», viola cuatro artículos de la Constitución y obvia una «demanda social» de padres que no quieren un permiso prestado sino propio y equiparable «que favorece la salud física y psíquica de la madre y su situación en el mercado laboral y protege el vínculo padre/hijo».
La admisión es una victoria, de momento simbólica, para la equiparación: el TC admite sólo un 1% de los recursos de amparo (después estima la mitad) y la resolución no la ha tomado una Sala, sino el Pleno, el más alto escalón del Constitucional. El TC asegura que en el recurso «concurre una especial trascendencia constitucional» porque el propio tribunal podría «aclarar o cambiar su doctrina»; porque la «posible vulneración del derecho fundamental que se denuncia» pudiera provenir de la ley, y porque el asunto «trasciende del caso concreto» al plantear «una cuestión jurídica relevante y de general repercusión social o económica».
En 2015 el hombre fue padre y pidió a la Seguridad Social el mismo permiso que el de la madre, pero obtuvo silencio administrativo y sólo disfrutó de 15 días. Litigó ante el Juzgado Nº 30 de Madrid y el Tribunal Superior de Justicia, que lo desestimaron. Y elevó un amparo al TC. Elaborado por la abogada Elena Rodilla, el recurso sostiene que la demanda «afecta al principio de igualdad y al derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral». Dice que, con la Ley de Igualdad de 2007, los permisos de paternidad y maternidad son «derechos de conciliación».
Afirma que no es un caso aislado, sino una «novedad social amplia». «Las normas de la Seguridad Social pueden ser discriminatorias y contrarias a la Constitución y a la UE», escribe Rodilla, que ve afectado «el principio de igualdad de trato». Y el interés del menor y la familia. Porque el recurso recuerda «evidencias científicas» sobre los efectos positivos de la presencia paterna temprana: los padres se implican más posteriormente, hay beneficios en la salud de la madre, menor incidencia de violencia de género, menor precarización del empleo femenino y mejora en las relaciones de pareja.
Este padre pide un permiso de 16 semanas y no de cuatro. O cinco cuando entre en vigor la última reforma. «Hasta el sistema judicial admite que el 16/4 no sirve. Y que no queda otra que el 16/16. Es un avance clave», dice Virginia Carrera, de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción, que ha asesorado a nueve padres. El TC ha admitido el recurso de uno. Faltan los otros ocho.
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