La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha comparecido este lunes en el Senado por primera vez desde que asumió sus nuevas competencias, y lo ha hecho para defender la aprobación de los Presupuestos de este año, elaborados por el PP. Montero ha dejado claro que no son las cuentas que el PSOE hubiera propuesto, pero se compromete a ejecutarlos «por responsabilidad». «Es una decisión para que no se paralice el país», ha dicho. Montero ha recalcado que su proyecto político estará recogido en los Presupuestos de 2019, que deberá presentar tras el verano.
Pocas veces las sesiones parlamentarias en el Senado despiertan tanta expectación. Sobre todo, cuando se debaten los Presupuestos. Suelen ser sesiones tediosas porque ya se han discutido en el Congreso y lo que se trata son pequeñas enmiendas técnicas. Pero la de este lunes era la primera intervención pública de un miembro del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez en la Cámara Alta. La presencia de María Jesús Montero, la flamante ministra de Hacienda, tenía una importancia más simbólica y política que de otro tipo. Este lunes se debatían las cinco enmiendas a la totalidad que Unidos Podemos, ERC, PEdCAT, Compromís y Bildu —cinco de los grupos que apoyaron a Pedro Sánchez en la moción de censura que le llevó al poder— han presentado contra los Presupuestos de 2018, elaborados por el PP y defendidos por Rajoy en el Congreso.
En ese contexto, Montero acudía al Senado a pedir al resto de grupos que aprueben esas cuentas diseñadas por sus adversarios políticos «por responsabilidad política». La ex consejera andaluza justificó: «Estos Presupuestos no son los que hubiera elaborado este Gobierno socialista. Venimos de un tiempo en que la brecha de la desigualdad social se ha ensanchado, de un tiempo en que los servicios públicos se han debilitado deliberadamente. Venimos de un tiempo de precariedad en las condiciones laborales y en la calidad de nuestro modelo productivo. Estos son unos presupuestos de pasado y no de futuro». La bancada popular respondió con cierta algarada a Montero, quien prosiguió: “Es la responsabilidad la que nos lleva a aprobar un presupuesto que no es el que hubiéramos hecho. No podemos pararnos. No es entendible desde el interés general, solo lo sería desde la soberbia política y ese tiempo ya ha pasado”.
La nueva ministra explicó que el Ejecutivo tenía la potestad de retirar las cuentas en tramitación, pero entonces tendría que mantener prorrogadas las de 2017. «Son incluso peores», deslizó. Otra opción sería elaborar otros nuevos cuya tramitación no estaría terminada antes de octubre. «Unos presupuestos ideales serían aprobados cuando el año estaría casi concluido y eso no es útil para la ciudadanía», defendió.
Montero afeó a los populares que hayan presentado enmiendas a sus propios presupuestos. «Es un despropósito. Hay quien ha visto en esta maniobra un ardid, una treta para buscar complicarle las cosas al nuevo Gobierno», pronunció la ministra. Los populares han presentado dos docenas de enmiendas parciales a sus propios presupuestos. Los cambios han supuesto una rebaja de inversiones de 35 millones en el País Vasco, de los 540 millones que arrancó el PNV en la negociación política en el Congreso. Precisamente, los nacionalistas vascos emplazaron al PP vasco a explicar las enmiendas.
La dirección del PNV se reunió este lunes y calificó la decisión de los populares como «muy grave», informa Pedro Gorospe. “Esta decisión, tan injustificada como irresponsable, amenaza con privar a la ciudadanía vasca de más de 35 millones de euros que iban a ser destinados a la creación de empleo y la investigación, dos pilares de las sociedades del siglo XXI”, aseguraron los nacionalistas vascos.
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