España se encuentra entre los países con menos reclamaciones y condenas por parte de los tribunales europeos. Unos datos que vienen a desmentir uno de los mantras del independentismo catalán, que asegura que el Estado vulnera de forma sistemática los derechos humanos y que, si bien «formalmente» es una democracia, en la práctica no funciona como tal.
Según el informe España ante los tribunales europeos. Una visión a través de datos estadísticos, publicado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), entre los años 2014 y 2017, la media anual de reclamaciones que estudió el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) con origen en nuestro país fue de 622. Puesta en relación con el número de habitantes, la ratio es de 0,14 demandas por cada 100 habitantes. Un dato similar al de Francia o Bélgica, y muy inferior a la media del conjunto de los Estados sometidos a dicho organismo, que es de 0,64.
En cuanto a las sentencias del TEDH en las que se declara la existencia de una violación de derechos fundamentales, España también aparece en la parte baja de la tabla, tomando como parámetro la ratio condenas por población. Así, la media de sentencias anuales en las que se encuentra al menos una vulneración es de seis, lo que supone 0,1 por cada millón de habitantes. Un dato similar al de Alemania, Holanda, Reino Unido o Irlanda, e inferior a otros Estados como Bélgica, Austria, Italia, Portugal o Suiza.
Si se atiende a los recursos por incumplimiento de los Estados elevados al TJUE en los últimos cinco años, puestos en relación a la población de cada uno de los países, la ratio española es inferior a la del conjunto de la Unión: un 0,05. Una cifra muy cercana a la que registran Alemania, Italia, Holanda y Suiza. En cuanto al resultado de las sentencias dictadas por el TJUE en esos recursos por incumplimiento de los Estados, España –con 0,07 sentencias estimatorias por millón de habitantes- se sitúa en la media europea, que es de 0,06.
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